Violet se convierte en la instructora de Isabella, quien debe aprender modales para insertarse en la alta sociedad, al principio se niega pero de a poco se va entregando a las lecciones y a su compañera.
Violet acercó su boca mientras miraba atenta la entrepierna de Isabella, al primer contacto apenas posó su boca enteramente sobre sus labios sin moverse. Alejó y acercó su boca unas cuantas veces más mientras Isabella trataba de apartar la mirada de la escena. - V-Violet... Quizá deberías... Mover la lengua. Es... Cómo tomar un helado... - dijo nerviosa. - ¿Un helado? Solo lo he probado en una ocasión, trataré de captar sus instrucciones lo mejor posible
Unos momentos después tras analizarlo Violet acercó nuevamente su boca y comenzó a lamer de arriba a abajo la entrepierna de Isabella, así como un helado tal y como le fue indicado. Su compañera comenzó entonces a mojarse cada vez más y allí fue que Violet pudo sentir un sabor nuevo, sus ojos se abrieron de par en par de la sorpresa, ese sabor le agradó, por lo que comenzó a lamer y tomar todo aquello casi instintivamente cada vez con más ímpetu. Isabella estaba anonadada y no podía contenerse más. - V-Violet... Un mom--
Violet hizo caso omiso mientras experimentaba sensaciones y sabores nuevos. Isabella hacía lo que podía por tapar su boca pero cada vez podía resistir menos. Al cabo de unos minutos y mordiendo sus labios no pudo más.
- V... Violet... P-perdon...
Dijo eso con dificultad y llevó ambas manos al cabello de Violet, apretándola y sujetando su cabello mientras dejaba fluir todo lo que venía conteniendo, no pudo contener su voz, un gran gemido salió de su boca mientras temblaba. En ese momento exhaló llena de alivio y dejó caer sus manos. Violet pudo comprender su lenguaje corporal y se incorporó abrazando y sosteniendo a su amiga, quien se apoyó en ella para recuperar el aliento. - ¿Ya se siente mejor señorita Isabella? Veo que está más relajada. - P-por supuesto... - dijo aún agitada. - Me alegro mucho, yo también lo disfruté. - dijo sonriendo.
Luego de eso ambas se vistieron en silencio y se fueron a la cama.
- Violet, ¿Sabías que podemos hacer más cosas? - preguntó Isabella abrazando su almohada sonrojada. - ¿Más cosas? ¿Cómo que? - respondió Violet girando hacía ella. - Bueno... Son sorpresa, pero si confías en mí podemos probarlas. - ¿Son cosas que también se sienten así? - preguntó Violet mirándola fijamente. - Por supuesto, ¡Al fin y al cabo ambas somos chicas! Podemos descubrir muchas cosas que se sientan bien... Juntas. - Entiendo, entonces quedo a sus órdenes. - Violet paró en seco. - lo lamento, no es lo que quise decir. - Oh... No te preocupes, vamos a descansar que mañana es un día largo. - dijo Isabella bostezando.
La mañana siguiente fue como de costumbre, tranquila, ambas desayunaron en el comedor junto a sus compañeras de instituto. Violet era el centro de atención pero solo se concentraba en asistir y enseñarle a Isabella. El salón era espacioso, elegante y estaba lleno de adornos.
- Violet, voy a dirigirme al tocador un momento. - indicó. - Déjeme acompañarla. - dijo la joven rubia. - No hace falta, mejor aprovecha para desayunar apropiadamente en vez de estar tan pendiente de mí.
Isabella se alejó, el camino al baño no era corto, mientras más se alejaba más insegura se sentía, no era buena para tratar con la gente. Al salir del baño miró a su alrededor, suspiró al ver qué no había nadie y de dispuso a volver. En ese momento una compañera apareció delante de ella.
- Sabes que las relaciones carnales entre chicas está prohibido, ¿cierto? - dijo la extraña. - ¿D---- de que estás hablando? No entiendo a que viene est-- - Isabella dio un paso atrás apartando la mirada. - Lo sé, las escuché, no sé si alguien más lo hizo pero, yo te escuché a ti. Y no hay chance que haya entrado un chico así que... - la joven se cruzó de brazos. - N-No sé de qué hablas... ¿Por qué haces ésto? ¿Que pretendes? - Isabella comenzó a temblar. - ¿Que deseo? Me pregunto hasta donde llegaría por tu reputación... Por no manchar el nombre de tu familia. - ¿Que? No me interesa nada de eso, la familia, la clase alta... ¡No me interesa nada de eso!- exclamó apretando las manos.
Mientras tanto Violet comenzaba a preocuparse por el tiempo que estaba tardando Isabella, por lo que decidió dirigirse hacía dónde se encontraba. Al llegar pudo verla de espaldas hablando con alguien y se apresuró al notar su postura defensiva.
- Lo que yo quiero, ¡Lo que yo quiero es hacer a Violet feliz! - exclamó, y su voz hizo eco en el enorme pasillo.
Violet se quedó atónita. Aquella chica pudo ver a Violet y decidió marcharse, al pasar al lado de Isabella le susurró.
- No olvides lo que dije.
Cuando llegó a Violet siguió de largo sin decir una palabra. En ese momento Isabella se puso de cuclillas y rompió en llanto.
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