Carta #12 LADO A

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DE: JUAN
PARA: B
ASUNTO: LUCES APAGADAS

Querida y estimada B.

Lo siento si mis cartas anteriores estaban siendo un poco tediosas, pero tenía que explicarte muchas cosas para llegar al punto. Sin embargo, te traigo buenas noticias, justo a partir de este momento las cosas empiezan a ponerse interesantes.

***

Me encontraba en el Body, hacía mucho que no iba al gimnasio, estaba pagando la mensualidad y no usaba para nada los beneficios de un club deportivo que me estaba costando un ojo de la cara. Esa mañana aproveché para entrar al sauna de carbón, luego a las duchas griegas y por último subí a mi clase de 'kombat'. Esa clase no era mi clase favorita, pero al menos era mucho más masculina y menos vergonzosa que las de zumba.

No te imaginas a quien vi en la clase de kombat, B. Estaba nada más y nada menos que la señorita Andrea, mi maestra de inglés de la universidad. La observaba cuando ella estaba distraída, era impecable y audaz... no sabía que tenía tanto talento en gimnasia.

Ella me vio, pero no me saludó, ni me sonrió, a lo mejor me reconoció, a lo mejor no se dio cuenta que era yo... o a lo mejor quería ser profesional y prefería mantener las distancias con sus estudiantes. Era muy joven, y muy bonita. Deduje entonces que cuando eres joven bonita y maestra haces eso... huir de tus estudiantes. Con mucha más razón si son estudiantes como yo.

Se terminó la clase de kombat. La señorita Andrea fue la primera en salir, y caminaba rápido, quizá para que yo no la alcanzara, pero yo caminé más rápido que ella y en las escaleras la sorprendí.

- Señorita Andrea - sonreí.

- Juan - me saludó, y no se detuvo, siguió caminando.

- ¡Espere! - le dije.

- Coméntame - se detuvo.

- Señorita Andrea, es que... - di rodeos - siento que comenzamos este semestre con el pie izquierdo.

- Vamos al punto, Juan.

- Bueno, me refiero a que le quedé mal - la miré a los ojos, no me correspondía - estoy muy cargado en el trabajo, pero prometo no llegar tarde a su clase y entregar las actividades a tiempo.

- Bueno - dijo - al igual no tienes por qué darme explicaciones. Cada quien tiene sus propios problemas ¿no crees?

- Si... - volví a mirarla, me sacudí la camiseta con coqueteo - disculpe, una pregunta, bueno... sin que suene mal ¿no le gustaría tomar algo? Un té, una malteada, un batido de proteína - propuse.

- No, Juan, gracias - respondió, fue contundente.

Andrea no era nada fácil. Así que fui directo.

- ¿Algo más?

- Si, profe - suspiré - si pierdo inglés este semestre estoy fuera de la universidad, ya me lo dijeron en admisiones, estoy sobre advertido.

- Entiendo, Juan. A ver ¿acaso no crees en tus capacidades?

- Honestamente no - respondí - odio inglés, lo detesto.

- Bueno pues debes amarlo este semestre porque yo no te puedo pasar la asignatura por el hecho de que seas Juan Sebastián Ramos.

- No dije eso.

- Suerte este semestre, Juan - sonrió con malicia, dio media vuelta y se fue.

Una llamada entrante, era Daniel.

NO SOY EL MALO DEL PASEO (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora