DOS IDIOMAS Y EL AMOR -/Park Seo-Joon/- (1)

Capítulo 19

Unos meses después de regresar a México recibí demasiados correos por parte de la secretaria del director académico en Andong. Estaba anonadada con el contenido, era un correo explicando el acoso que sufría por parte del director Yang, incluso había adjuntado vídeos que lo demostraban, screenshots de los mensajes asquerosos que le enviaba a su teléfono y no pude evitar enojarme.

— Esto no es posible— miré la pantalla de la computadora.

— ¿Qué sucede?— Seo se acercó.

— ¡Maldito bastardo!— le entregué la computadora y comenzó a ver los vídeos— Tengo que ir a la academia de Andong, ¡ese desgraciado me va a escuchar!— hablé tan enojada y con ganas de hacerle pagar en ese momento.

— Pobre chica, que hombre tan nefasto — miraba atento los vídeos.

Lamentaba desde el fondo de mi corazón lo que sucedía con la secretaria Yoon Suk, ella era joven y muy trabajadora, no merecía todo lo que sucedió, quien sabe desde cuando ocurría el acoso de este hombre para con ella.

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Terminé de revisar que nada me hiciera falta por segunda vez, estaba lista para viajar a Andong para reorganizar al personal, el último despido que realizó, fue injustificado y por si fuera poco ha abusado de su poder al amedrentar y denigrar a la pobre mujer que es victima de sus asquerosos acosos. Definitivamente no permitiría que esas situaciones mancharan el nombre y la integridad de mis academias, mucho menos que dañaran a otras personas, personas inocentes que lo único que hacen es trabajar para salir adelante.

Llegaría de sorpresa y cortaría cabezas a diestra y siniestra.

Me miré en el espejo y todo estaba en orden, pantalón azul marino, blusa blanca, saco a juego con el pantalón y tacones negros.

— Te veré en unos días cielo— besé sus labios.

— Mucha suerte, y por favor no te exaltes demasiado— besó mi frente.

— No prometo nada, pero lo intentaré— lo abracé fuerte y nos despedimos.

Tomé un vuelo para evitar el largo trayecto por carretera, me acompañaban como siempre el señor Lee y Han, que, a decir verdad ahora eran los hombres más cercanos y de mi absoluta confianza, Seo podría conseguir personal para él, porque ellos ya eran mis acompañantes. Por otro lado mi inseparable asistente Dae-hyun asistía conmigo en este viaje, era un chico de veinticinco años que trabajaba sin parar, bastante dedicado en todo lo que le pedía, grandioso en pocas palabras. 

Todo el vuelo y el camino lo hicimos en silencio, pensaba detenidamente en lo que haría y diría nada más llegar.

Tres horas después estábamos entrando a la academia.

— Buen día Ha-rin — saludé.

— Buen día doctora Hirugami, ¿En qué le puedo ayudar? — preguntó con una sonrisa después de hacer una leve reverencia como saludo.

— ¿El director Yang está aquí? — asintió.

— Sí señora. Se encuentra en la junta matutina con los profesores en la sala de reuniones — respondió señalando.

— De acuerdo, gracias— me encaminé a la dirección acompañada del señor Lee, Han y Dae.

A medida que avanzaba por la academia veía desperfectos por todos lados, si había plantas no estaban cuidadas como deberían, la pintura de algunos lugares se escarapelaba y le daba una imagen horrible, detalles tan pequeños como la limpieza lo habían descuidado.