Capítulo 2: Loca al volante

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Auto de Butch arriba...

Abrí mis ojos con pereza y me encontré durmiendo con Buttercup, ella seguía dormida así que despacio y sin querer despertarla, me levanté. Fui al baño y miré mi reflejo, no podía olvidar lo que había pasado ayer.



Di vueltas intentado volver a conciliar el sueño, pero se me hizo imposible, ya no podía dormir y ni sabía qué hora era. Dando un gruñido ronco por recién haberme despertado, abrí los ojos despacio.

- Despertaste.- anunció Butch, que estaba sentado en el borde de la cama poniéndose sus zapatillas.

- ¿Dormiste aquí?- resfregue mi mano por mi ojo somnolienta, sentándome en la cama.

- Sí.- se levantó y de su bolsa de deporte sacó un paquete de cigarrillos y un encendedor.

- Que mi madre no te vea con eso porque va a matarte.- bostece y me levanté yendo al baño.

- Descuida, aún recuerdo sus advertencias de qué nos pasaría.- divertido puso uno entre sus labios y lo prendió saliendo al balcón- Oh, y... no olvides de ponerte pantalones, tenemos media hora para ir a la prepa.- asomó su cabeza y volvió a salir.

Mierda...




- ¡Apresurate!- le pidió él divertido, mientras ponía en un plato tostadas y un jugo de naranja junto a este en la mesada.

- ¡Deja de repetirlo!- se quejó ella poniéndose su chaqueta mientras cuidaba de no caerse por las escaleras- Ya no hay tiempo.- tomó un tostada y de un trago se tomó todo el jugo de naranja.

- Y yo que me tomo mi tiempo en hacerte un desayuno...- entrecerró los ojos mirándola devorar la tostada, y agarró su bolso de deporte- Vámonos.- robó una tostada de su plato recibiendo un mirada de amenaza de parte de la chica, la ignoró y caminó a la entrada para salir de la casa.

- ¡Espérame!- protestó saliendo detrás de él con otra tostada en su boca y colgando su mochila en su hombro- ¿No necesitas tu mochila?- preguntó confundida entrando a su auto.

- Sí, y tenemos veinte minutos en ir a buscarla e ir a la preparatoria.- suspiró aburrido tirando su bolso atrás y sentándose en el asiento de conductor.

Giró la llave y arrancó a su casa. Ella miró por la ventana inquieta de estar en silencio, aunque no sea uno incómodo.

- ¿Cuándo vas a enseñarme a conducir?- ladeó la cabeza sonriendole y él volteó a mirarla asustado, para luego volver a mirar hacia adelante.

- Cuando crea que sea seguro para mi auto.

- Nunca, ¿verdad?- bufó como niña pequeña cuando el negó- Pero...

- Ni lo sueñes.- volvió a negar- pídele el auto a tu madre, y quizás.- le sugirió.

- Estas hablando de mi madre, jamás me dejaría sola con su auto.- frunció el ceño.

- Eso fue por la vez que soltaste el freno de mano y el auto se estampó contra el de adelante.- recordó riendo.

- ¡Tenía diez años!- se defendió haciendo puchero.

- Y una mente un tanto desequilibrada al hacerlo.- la miró un momento- Bien.- ella lo miró con esperanza- Te enseñaré.- aceptó suspirando vencido.

- ¡¿En serio?!- se emocionó y el asintió- ¡Eres el mejor! en serio, ¡gracias!- lo abrazó y el perdió el control del auto.

- ¡¿Q-qué haces?! ¡no!- la apartó de golpe para tomar nuevamente el volante- ¡Podríamos habernos estrellado!

𝔄𝔪𝔦𝔤𝔬𝔰 𝔠𝔬𝔫 𝔡𝔢𝔯𝔢𝔠𝔥𝔬𝔰 +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora