Capítulo dos.
Lunes temprano en la mañana. Rondaban eso de las siete de la mañana, todos en la casa de Saeko y Naomi ya estaban levantados. Mientras que Nao desayunaba sentada sobre Zack, Sae y Gio buscaban el suéter del uniforme de la mayor.
-Podrían ayudar en vez de estar ahí sentados haciendo nada... -Exclamó la pelirroja un poco molesta mientras los miraba sin poder encontrar su prenda.- No puedo llegar tarde, tengo que rendir materias hoy...
-Eh... porque el suéter está sobre la silla... -Naomi terminaba de poner el líquido de su taza de té en un vaso térmico, aún estaba medio dormida y Zack descansaba recostado en su espalda mientras la abrazaba.
-¡Estamos buscándolo hace diez minutos! ¿¡Por qué no dijeron nada!? -Gritó Gio con pesadez.
-Lo hicimos... unas diez o quince veces... -Habló Zack mimando a la joven sobre él. Giovan y Sae los miraron a ambos entrecerrando los ojos.
Luego de que Saeko se abrigara y Naomi agarrara el almuerzo salieron del departamento cada uno con su morral y/o mochila. Caminaron durante largo rato hasta llegar a un enorme establecimiento escolar. Se veían personas de todo tipo y nacionalidad. Habían niños, adolescentes y jóvenes entrando cada uno por puertas distintas, con cara de odio aumentada dependiendo de la edad de cada uno (que para ser claros, cuanta más edad aparentaba la persona, mayor era su expresión de aborrecer la humanidad).
Pero antes de seguir con nuestro grupo de cuatro, veamos cómo se preparaba Alex para su primer día en una escuela de humanos. Sus madre, mano derecha de la gran y majestuosa jefa de los demonios, habló con la gran diosa para que Alex fuera enviado a territorio humano. La madre del chico estaba frustrada, no podía hacer que este se despegara de la pantalla de su computadora y socializara. Lo anotó en una escuela donde pudiera asegurarse de que fuera bien educado con distintas culturas y conocimientos.
Mientras que sus vecinos llegaban a la escuela, él estaba tratando de atar la corbata de su uniforme. Se esforzó hasta que vió la hora y se alarmó.
-¡Carajo! Voy a llegar tardísimo... -Casi por entrar en una crisis agarró su morral y salió de su departamento a toda velocidad sin siquiera desayunar. Corrió durante varios minutos hasta llegar al establecimiento que ya estaba por cerrar sus puertas.
-Okey... tengo que ir al salón 27... quizá si hablo en dirección... -Buscó con la mirada y entró a la dirección explicando que era nuevo y que necesitaba encontrar su salón. La secretaria lo llevo por los pasillos. Hasta que Alex reconoció a Gio que esperaba a Nao la cual se despedía de Zack dándole un corto beso y de Sae dándole su almuerzo. Al mirarlos habló con la secretaria avisándole y se fue con ellos.- ¡Hey! -Ahora el dúo de amigos lo miraron y arquearon una ceja como si estuvieran conectados mentalmente poniendo algo nervioso al demonio que cubría sus cuernos con el gorro que alcanzó a agarrar antes de salir.
-¡Hey! es el idiota del vecino. -Sonrió Naomi mirándolo.- No sabía que estudiabas aquí. Como sea, debemos irnos, adiós. -Ella y su amigo siguieron caminando, la chica se ató el cabello dejando solo los mechones cortos a cada lado de su flequillo.- Que agradable sujeto.
-Supongo... aunque se ve sospechoso, ¿No crees? -La miró Giovan. Alex se quedó recalculando y los siguió hasta llegar al salón 27. El profesor que esperaba en la entrada saludó a Nao chocando sus palmas y a Gio con un apretón de manos mientras les sonreía, pero al ver a Alex lo frenó mientras le preguntaba algunas cosas dejando esperar a la clase.
-Ábranse perras, llegó por quien lloraban. -Entró Nao al salón girando entre las personas con su corbata sin atar hasta llegar a su banco delante de todo para poner su mochila contra la ventana. Gio rio un poco mientras la seguía.
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El Guión
FantasyPocos mundanos podemos ver la magia, solo algunos podemos descifrar a las cuatro grandes razas que habitan la tierra junto a nosotros. ¿Qué? ¿Creían que la tierra solo abarcaba el océano y los continentes poblados de humanos poco inteligentes que no...