El Club de los Sándwiches y los Amigos

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Capítulo cinco.

Miércoles, 07:31 am. Entrando a la escuela mientras hablaban sobre el juicio del día anterior, caminaron por los pasillos hasta el patio donde Zack hablaba con Giovan sobre lo mismo. El mayor refunfuñaba aún algo molesto, seguía frustrándole la actitud del mago del día anterior. Su amigo intentaba calmarlo entre algunas risas, aprovechando para que cambiaran de tema, tenía en claro que Ramiro aparecería en algún momento del día y que gracias a eso la conversación iba a resurgir.

La chicas llegaron a donde estaban ellos.- Hola ¿Dónde está Alex? -Dijo Gio mirándolas. Ambas se encogieron de hombros y miraron al rededor. A lo lejos se veía a Alex correr hasta ellos, tropezandose y chocando con el grupo de Diana. Tan mala era su suerte, que sin darse cuenta había tirado a la preciosa chica alemana de los plumones.

-¡Lo siento! -Gritó sobre ella sin darse cuenta de quién era por tener los ojos cerrados.

-Tranquilo, no pasa nada. ¿Estás apurado? -Habló sonriéndole y Miyo palideció al abrir los ojos.- Oh, vaya... ¿Te encuentras bien?

El demonio se levantó y salió corriendo, segundos después frenó y regresó. La ayudó a levantarse, palmeó un poco su suéter y corriendo en pánico llegó con sus amigos.
Agitado por correr los miró, los cuatro aguantaban la risa.

-¿Por qué corres...? Estás llegando temprano... -Rió Saeko. Alex revisó su mochila y sacó cuatro bolsas de papel madera que parecían estar llenas.

-¡Conseguí Sándwiches de la casa de Otto en el centro! -Sonrió. Se veía feliz, después de todo llevaba meses tratando de que le vendieran comida de ese lugar.- Los traje para que comamos todos juntos...

-Alex, no te ofendas, no creo que nadie quiera comer un sándwich completo a las siete y media de la maña... Na... -Sae se cayó al ver a Nao y Gio comiendo dos de los sándwiches que el demonio había traído. Ambos levantaron la mirada con la boca llena.- ¿Es en serio...? ¡Ayer dijiste que te sentías mal luego de haber comido esas hamburguesas!

-El ayer es el ayer... -Aún sin tragar Naomi miraba a su amiga.

-Dios... Dame eso. -Dijo la pelirroja sacándole dos bolsas con sándwiches al chico. La campana los interrumpió, Giovan y el joven aún con una bolsa de sándwiches se adelantaron al salón, el último tenía miedo de volver a chocar con la alemana hermosa que le había sonreído rato antes, aprovechando para hablar con su amigo sobre la buena idea de crear "El Club de los Sándwiches y los Amigos."

 Saeko leyó un mensaje en su teléfono y se quejó un poco porque cierto peliblanco andaba preguntando por ella por todo su salón. Se alejó dejando a los dos tórtolos solos. Nao guardó el sándwich y miró a Zack el cual sonreía mirándola.

-¿Tengo algo en la cara? -Sonrió la anaranjada. Él se acercó agarrándola de la cintura mientras asentía.- ¿En serió? -Se alarmó un poco tocándose la cara.- ¿Qué tengo?

-Mi cara. -Dijo divertido y le dio varios besos en toda la cara haciéndola reír.- ¿Qué te parece si nos salimos de clase y vamos a desayunar juntos?

-Me encantaría, mi... -Una voz masculina la interrumpió y el de cabello plateado suspiró pesadamente.

-Si, le encantaría, pero ahora debemos ir a clase. No quieres que tu madre se enoje, ¿Verdad, Nee nee? -Habló Ramiro justo junto a ellos. 

-Carajo... si, es verdad... Lo que menos quiero es otro reproche de mi madre esta semana... -Suspiró Naomi y miró a Zack.- Lo siento, cariño, pero debo irme... -Sonrió un poco agarrando su mano.- Hoy si quieres paso a verte al trabajo, ¿Está bien?

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