𝐋𝐎𝐁𝐎 ᵖʲᵐ&ᵐʸᵍ

O11

Tres horas habían pasado desde que Jimin se fue y aún no volvía, el señor Chanyeol le dijo que en dos horas podría venir alguien a entregar la camioneta para después llevarlo hasta la ciudad. El recorrido no era corto desde su posición actual y eso le aterraba de sobre manera temiendo que su hermano falleciera antes de que logrará llegar al hospital. Las manos le temblaban mientras seguía sentado en el sofá con si maleta a un costado.

Yoongi no pudo evitar que las lágrimas agrupadas en sus ojos se resbalaran por sus mejillas, las limpio pero estás volvieron a pintar el mismo camino. No quería llorar porque luego sus ojos de hinchaban y no podía ver bien después tanto que incluso ahora posiblemente de verían algo irritados.

“¿Por qué me pasa esto a mi?”  mordió su labio inferior para silenciar un sollozo, el dorso de sus manos y muñecas estaban húmedas por pasarlas repetidas veces por sus ojos y mejillas. Tuvo más ganas de llorar por las cosas extraña que le pasaron de camino y ahí, el único que se había divertido era Sting.

Dejo de llorar para recordar a su compañero que estaba afuera en el bosque, se frustró pero aún así salió de la casa  para buscarlo. Pero gracias a Dios. No tuvo necesidad de buscarlo porque estaba recostado sobre las escaleras del porche. Este al verlo inmediatamente se levantó.

─Tenemos que irnos, chico. Lamento tener que hacerlo pero ahora mi única familia no está bien y quiero ver cómo se encuentra─Sting se echó a un lado y mostró su pansa. Yoongi sonrió para este ser su mano a lo largo del pecho del can─yo estoy bien. No tienes de que preocuparte ¿De acuerdo? Te quiero mucho chucho, aunque suelas hacer más caso a Jimin.

Cuando una de sus manos acaricio la cabeza de Sting este lo mordió con ligereza y se retorció en el suelo de un lado al otro. No parecía contento, Yoongi se pregunto por qué de su actitud, ¿Acaso sería por la mención del nombre de Jimin? Probablemente estaba imaginando cosas

─Es posible que no veamos a Jimin. Alguien más vendrá por nosotros y nos llevará a la ciudad. Jimin también tiene una vida de la cual encargarse, y no siempre estará para mí. Aunque…saber eso me duele─solto al final un suspiro tembloroso.

El gran can se levantó y restregó su cabeza contra las piernas de Yoongi dejando caer finalmente su hocico sobre entre en medio de las rodillas. Miro detenidamente así amo en la espera de poder confortarlo que recibió una suave sonrisa. Su cola cepillo el suelo arenoso y húmedo con aparente apatía por sentir a Yoongi con un humor triste. Si Yoongi estaba triste él también lo estaría así que lo siguió cuando esté se puso de pie y avanzo hacia las escaleras de la entrada de la puerta. Yoongi saco su maleta para dejarla fuera de la puerta de está manera sería más fácil irse en cuanto la persona que dijo que llegaría Chanyeol.

Sting alzó las orejas cuando a lo lejos escucho el sonido de un motor, Yoongi noto como Sting tenía erguido su cuello y orejas mirando hacia el camino de tierra a lo lejos. Pudo interpretar la acción de su can así que se pudo de pie en las escaleras. Apretó sus labios juntos rezando porque fuera Jimin quien llegara, sus nervios se manifestaron en sus manos y tan pronto como reconoció la silueta de Jimin un nudo se formó en su garganta, alivio cruzo su ser por unos momentos.

En cuanto supo que el motor descansaba, se echó a correr hacia la camioneta negra y sin poder evitarlo grito el nombre de Jimin.

─¡Jiminnie!─volvió a gritar cuando esté salió del auto dándole una mirada preocupada cuando reconoció su tono de voz. En el momento en que estuvo dentro de su radio de alcance sus manos salieron disparadas hacia Jimin, envolviéndolo en un abrazo tembloroso.

─¿Yoongi estás bien? ¿Qué paso?─podía sentir a Yoongi alterado y entonces se pregunto si él podría haber recordado lo que pasó en el río. En su mente estaba preparando un buen discurso para eso, sin embargo, no podía estar más alejado la verdad.