3. La danza de las luciérnagas

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        Me puse una bata roja bastante abrigada, calcé mis pies en unas pantuflas de oso y salí de la Torre de Premios Anuales a eso de la una de la mañana. No podía dormir, solo daba vueltas sobre mi cama.

        Caminé por los pasillos de Hogwarts por media hora hasta que me harté de pasar una y otra vez por el mismo camino, viendo los mismos cuadros. Entonces salí afuera. Eran las libertades que podía permitirme como premio anual.

      Era una noche fría y oscura, la luna estaba tapada por nieves densas.

       Estaba tan concentrada en el frío que endurecía mi rostro que no me di cuenta de en qué momento me adentré al Bosque Prohibido.

       Cómo si mi cuerpo deseara estar en un lugar familiar, llego a la lago en el que alguna vez Harry combatió cientos de dementores. Recuesto mi espalda en un árbol. Esto me trae nostalgia y me hace sentir humedad en mis ojos. Me refriego antes de soltar una lágrima y al aclarar mi vista, veo alguien del otro lado del lago. Me puse alerta, pero al parecer esa persona no me vió, estaba simplemente sentada.

      Entrecierro los ojos para verlo con claridad. Tenía cabello rubio y estaba vestido de negro.
Veo que toma su varita y empieza a apuntar en distintos puntos detrás de sí, y en cuanto apunta hacia delante, de los árboles salen miles de luces. Quedo fascinada y siento como una fuerza avanza a mi alrededor, eran luciérnagas, miles saliendo de entre los árboles y reuniéndose en medio del lago. Veo vagamente al desconocido del otro lado del lago. Él mueve su varita y las luciérnagas se mueven al compás.

     Comencé a acercarme a él, por la curiosidad de saber quién era. Pasó por detrás de los árboles. Mis ojos pasaban de las luciérnagas al extraño y del extraño a las luciérnagas. Pronto, al ya no estar tan lejos de la persona, noto quién es. Malfoy.

     Mueve su varita con gracia, a la vez que su mano izquierda. Como si dirigiera una orquesta. Las luciérnagas bailan sobre el lago, bajan y suben, dan vueltas. Se separan y se unen. Era maravilloso. Quedé totalmente prendida en aquel arte.
No sé cuánto tiempo pasó, el tiempo que estuve parada ahí. Pero La danza acabó. Las luciérnagas lentamente se dispersaron como una orquesta en la que los instrumentos tocan la última nota y se alejan del sonido.

     Y efectivamente así era.

     El paisaje quedó en silencio.
Hasta que escuché un gemido, un lamento. Él estaba llorando. Cubrió su rostro y encorvó su espalda sobre sus rodillas. Malfoy estaba llorando.
Y yo debería haberme ido, pero mis pies estaban clavados en el pasto y mis ojos clavados en él.
No podía irme, no podía dejarlo, y tampoco podía decirle nada. Simplemente, mirarlo a la distancia. Quedarme cerca. Creo que esa fue la única forma en la que podía decirle, sin que él lo escuchara, te entiendo.

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Hola muchachas.
Este es un fic que he tenido guardado por años. Tras un par de modificaciones, decidí subirlo ¿que tal? ¿les gusta? Comenten para saber que piensan <3
Me despido hasta (si así lo deciden) el siguiente capítulo. Adiós.

🖤Marina🌙

Tu ojos no mienten/ Dramione EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora