Me enamoré de mi tío

Capitulo 34

Disculpen la demora, tenía muchos trabajos de la universidad pero aquí está el nuevo capítulo.
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Violeta Jones.

Vivo cada día pensando en que el chico que me enamoré se va a casar con otra. Pero más me dolió saber que él no era lo que realmente creía. Es mucho peor que verlo en el altar junto a otra mujer. Se que este dolor se irá pronto aunque no sea fácil, se irá.

Ahora mismo me encuentro en mi departamento en la ciudad de Miami. Si, logré conseguir uno, algo lujoso para mi gusto pero muy cómodo y la vista es increíble como que es el piso once.

Estuve una semana con Jessica, le conté todo lo que ocurrió menos la traición de Tyler y no dudó en abrirme la puerta de su apartamento, cosa que agradeceré toda la vida.

Me alegra que su relación con Matt vaya muy bien, el es un gran hombre. Al parecer el único miserable de los cinco es Tyler.

Dejo de desempacar mis cosas y decido ir a un mercado que queda justo al lado del edificio para preparar la cena, ya que Matt, Jess y Noah vendrán a ver películas.

Salgo del departamento y me dirijo al ascensor, las puertas abren y entro. Cuando las puertas se van a cerrar una mano lo impide, un chico alto de cabello negro algo desordenado, ojos azules y con una piel muy pálida, entra al ascensor.

Este me sonríe amablemente, cosa que le devuelvo la sonrisa por educación. Este aprieta el botón del piso uno al igual que yo.

Un silencio incómodo se apodera en el ascensor, entonces no se que pasa que de un momento a otro el ascensor se detiene y las luces se apagan menos una que es para cuando se va la luz. ¡Genial! Pienso con frustración o eso creo.

-Puedo jurar que eres una chica sarcástica.- dice este con gracia. Lo miro con los ojos entrecerrados.

-No llevas ni cinco minutos aquí encerrado conmigo y ya juras que soy una chica sarcástica?

-Pensaste en voz alta y ese "genial" se escuchó muy sarcástico.- dice divertido. No le veo lo divertido a esto.

-Un trofeo para el niño ya que sabe distinguir el sarcasmo.- digo sarcástica sin gracia. No me gusta quedarme encerrada, me pone de muy mal humor.

-uy que humor.- dice este con gracia. ¿Acaso siempre está sonriendo? Desde que entró al ascensor está sonriendo. ¿Como alguien puede sonreír todo el tiempo? ¿Es lo normal o es que yo soy muy amargada? 

Decido no decir más y me siento en el suelo. No se cuanto tiempo se tomará en regresar la luz, un edificio tan lujoso y con estos tipos de problemas. ¡Increíble!

-Pienso lo mismo.- dice este mientras se sienta en el suelo quedando enfrente de mi. El se da cuenta de mi rostro confundido y decide añadir -Piensas mucho en voz alta.- dice este riendo, mostrando su perfecta dentadura.

Le sonrío sin ganas y no digo nada, solo quiero salir de este maldito ascensor.

-¿Eres nueva aquí cierto?-pregunta este pero más bien es una aprobación. Es que no se puede quedar callado por unos minutos?

-Si, soy nueva.

-Me alegra tener una vecina nueva como tu.

-¿Como yo?

-Si, todos aquí son personas muy finas y arrogantes. Ninguna de las que viven aquí se hubiese sentado en el suelo como tu.

-Al parecer tu y yo somos lo únicos que no somos finos aquí.

-Odio esa gente.

-Ya me estás comenzando a caer bien.- digo bromeando y este ríe por mi comentario. En ese instante la Luz vuelve y las puertas del ascensor abren.