They don't know about us [Markhyuck]

[29]

Día siguiente
11:09 a.m
Seoul, Corea del Sur

Mark despertó y lo primero que vió fue a Lee Donghyuck a su lado concentrado en su celular.

-Hey~ Aún no estás levantado

-Recuerdo que despertar solo no es lo que más te gusta

-Te preocupas por mi

-Me preocupa que cualquier invitado se sienta incómodo

-Cualquier invitado, vale

La lluvia ya había cesado.

~~

11:15 a.m

Donghyuck preparaba el desayuno cuando notó que no llegaba a alcanzar el azúcar

-Hey, ¿Puedes bajar eso por mí?

-Venga, que medimos lo mismo, aún así intentaré

Mark se colocó detrás de el menor, quién estaba apoyado en la encimera, de espaldas a el. El castaño no se movió por lo que la posición en la que estaban se veía «rara»

El canadiense con un poco de esfuerzo logró alcanzar lo pedido y se lo entregó a Donghyuck, quién se mostraba algo tenso.

Ante la confusión del mayor, el chico habló.

-Hey-Rió un poco- ¿No crees que.. fue raro?

-¿Qué cosa?

-Mark..-El chico sonreía divertido- La posición..

Pero el mayor era algo lento para entender de lo que hablaba Donghyuck por lo que éste fue directo.

-Vale, quiero decir que prácticamente me apoyaste

Y ahí si entendió.

-Oh Dios, ¡Lo siento Hyuckie! ¡Juro que no me he dado cuenta! Dios, realmente-

-Tranquilo, no me incomodó

Mark se cubría el rostro queriendo que la tierra lo tragase allí mismo.

-De hecho..-Donghyuck se giró nuevamente dándole la espalda- ¿Serías capaz de hacerme algo de compañía?

El canadiense se acercó y tomó al menor de la cintura, apegandolo hacia el, haciéndolo sonreír.

Donghyuck giró su rostro para, sin pensar en nada, besarlo.

El ambiente había cambiado en poco tiempo y ahora el contacto entre sus cuerpos se volvía cada vez más erótico.

El menor lo besaba lentamente, mientras que daba pequeñas mordidas al labio del canadiense, quién sonría entre medio.

Las piernas del castaño comenzaron a buscar más contacto instintivamente, por lo que Mark, aún tomándolo de la cintura, lo subió sobre la encimera para que pueda enredar sus piernas en él fácilmente.

Ambos prácticamente se comían la boca ahora y podían notar que la química entre ellos jamás había desaparecido.

Sus cuerpos comenzaban a reaccionar y debido a eso separaron sus rostros, aún con la respiración agitada.