Fumo desde que tengo 14 años, cigarrillos me gustan los Camel, bebo en demasía, si pudiera ser cerveza o ron mucho mejor. Hoy tengo 18 años depende de quién me vea aparento tener más o tener menos. Nací un siete de noviembre del año 2001, de signo zodiacal Escorpio.
Lo único que me falta en estos momentos es un cigarro. Un cigarro y una cerveza. Un cigarro, una cerveza y una bella dama.
Mis padres creían que era autista, de pequeño no gateaba, me arrastraba por el suelo con mis brazos cual lisiado; mi padre y mi madre, no tengo mucho por decir acerca de ellos dos, prefiero dejar ese tema a un lado.
Mi familia, desde que era pequeño fue en mayor parte mi abuela, ella me crio, me enseñó mucho de lo que sé, es un problema que yo no sea una buena persona como ella, pero trato de aplicar mis conocimientos de la mejor manera que puedo.
Aunque quisiera dar un sentido a mi existencia siento que ha estado vacía desde el inicio de mi vida, de pequeño recuerdo una ocasión en la que en el jardín de infantes me puse una bolsa plástica en la cabeza, los demás niños se preocuparon y me hablaron de las personas que me querían a lo que sólo respondí: "A mí nadie me quiere", no acabé por asfixiarme pero esa marca está ahí desde entonces, trato de no recordar momentos que tengan que ver con el dolor y el no para, simplemente sigue, algunos días se acentúa más y en otras ocasiones es como la luna nueva, no puedo percibirlo pero sé que ahí está y que tarde o temprano va a volver a hacer de las suyas con mi cordura.
Inocencia si tuve, pero ni eso me salvó de sentir tristeza, cuando era inocente recuerdo aquella repulsión que sentía sobre muchas acciones de diversa índole que poco a poco fui experimentando, me empezaron a gustar y se convirtieron en mi estilo de vida. El sexo, el alcohol, el cigarro, las drogas, el libertinaje, ser bohemio y llevar las anteriores cosas al extremo uno por una y todas a la vez, una y otra vez, un ser incapaz de ser saciado con los placeres terrenales que convertían al humano en escoria y esa escoria en mí.
Cada vez que cierto tipo de comportamiento me parecía interesante lo adoptaba en mi rutina, el ser un histrión y envolverme a mí mismo en un espectáculo ha sido algo que me ha causado mucha emoción, el problema con eso es que pasaba de ser algo que hacía por placer a algo que se convertía una costumbre y ese comportamiento acababa siendo una parte más de mí. El ejemplo más claro es Dorian, luego de leer "El retrato de Dorian Gray" y sentirme identificado con el personaje tuve la necesidad de ser en parte como el, pero seguir siendo yo. No era feo y tenía un porte de galán al que le sacaba provecho. Como yo sólo deseaba una cosa y Dandy empezaba a trabajar en ello en seguida, fue sólo cuestión de tiempo para que después de ensayar gestos frente al espejo, hacerme el interesante conmigo mismo y con desconocidos para que diera frutos. No iba a ser un hedonista como el verdadero Dorian porque muchas cosas en las que él estaba interesado a mi no me importaban, pero sólo por hablar con mujeres y tener la capacidad de persuadirlas muy fácilmente valía la pena, no quería sexo ni ahogarme en litros de alcohol, sólo quería aprender a usar las palabras. Después de un tiempo de jugar a ser Dorian olvidé que sólo era un personaje, olvidé que sólo debía utilizarlo en ciertos momentos y con determinadas personas para acciones muy puntuales, el hecho es que después de ser Dorian por un tiempo prolongado este se volvió parte de mí, en un principio quería ser en parte como el, pero él acabó por ser una parte de mí.
Algo que debería aprender es a crear una personalidad que no sea autodestructiva porque en sí estoy muy mal como para empezar a infligir actos en contra de mi mismo y agravar mi situación; sé que el día que quiera dejar de destruirme simplemente lo haré, pero ese día no ha llegado y en mi no existe algo que valga la pena para que eso ocurra. He soñado con un amor que pueda salvarme de mi mismo y lo busqué, caí bajo, caí muy bajo sin tener que recurrir a ninguno de mis otros yo.
Desesperado por tener un amor imposible capaz de hacerme entrar en razón me topé con ocasiones que me hicieron perder la cordura, una y otra vez, siempre acababa hundido en la miseria, pero nunca perdí las ganas de amar, aunque, se pone más complicado en este punto; ya que no era una personalidad aislada como Dandy o como Dorian a la que recurría, en este caso me utilizaba a mi mismo en diferentes facetas, soy emocionalmente inestable para relacionarme con otras personas por lo que no podía aparentar por mucho tiempo y mi dolor pronto se hacía evidente. Nunca supe que buscar por lo que nunca supe qué fue lo que encontré, sólo reía si tenía que hacerlo, gemía si la ocasión así lo precisaba y me dejaba llevar una que otra vez porque siempre quería nadar en contra de la corriente, buscando cansarme a tal punto que acabara ahogándome en los confines mi inseguridad para ser con el resto.
Considero que hay dos puntos de vista principales para ver esta obra, uno es el punto de vista psicológico, en el que un profesional empieza a analizar estos garabatos y deduce una condición que ve de acuerdo a mis patrones de comportamiento. El otro punto de vista sería el crítico, un individuo con experiencia literaria recaba en mis pensamientos lo que considera primordial según su objetividad, dando un sentido intangible a lo que expreso con mis palabras. Estoy más interesado por lo segundo que por lo primero, el profesional hará su labor y luego querrá interactuar conmigo, creyendo en sus conocimientos soy parte de otro patrón de coincidencias, creerá entonces que me puede corregir y que me puede hacer acatar algún tratamiento. El crítico en cambio será dador de vida, este hombre o mujer se encargará de traducir mis palabras en sentimientos, claro que dirá si mi obra es triste pero maravillosa, dará palabras que yo nunca podría utilizar para después destruirme con su veredicto.
(Suena una alarma)
Son las 4.30am y debo alistarme para estudiar, madre entra a mi habitación y me pregunta si voy a ir a clase en lo que me levanto de un sobresalto y entro a la ducha de una vez. Mi única motivación era no quedarme solo en casa, aunque sabía que en el colegio la iba a pasar muy mal, era la época en la que tenía novia, sólo Dandy estaba conmigo, las demás personalidades estaban en pleno auge, pero Dandy era la única que tenía un control real de mí.
Se llama Amelia, ella tenía el poder de hacerme salir de mi sufrimiento, entraba en mí y buscaba a ese pequeño niño con dolor y lo rescataba de su sufrimiento. Ella tenía ese poder, tiempo después dejó de tenerlo y dejó de tenerme, ella cambió y para ese momento Dorian ya estaba haciendo de las suyas.
Íbamos en el mismo salón de clase, fue mi novia por casi dos años, realmente es mucho si pienso que lo fue desde los quince hasta que casi cumplí los diecisiete; mi vida al igual que la historia a este lado del mundo se divide en "Antes de" y "Después de", fue a los catorce años, antes de eso no recuerdo mucho hasta que llego a tener unos ocho años, y los recuerdos nuevamente desaparecen, esta consciencia, Dandy, Jason, Vladimir, Carl, Damián y Dorian empiezan a existir desde que tengo conocimiento pleno de mi existencia que sucede durante mis catorce años. Dos años de nuestras vidas es la mitad de todo lo que conocemos, fueron necesarios al menos dos años más para poder decirle adiós por completo a Amelia. Si soy sincero creía que no podía vivir sin ella y no lo hice, desviví.
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El Histrión - Primer Acto
Mystery / ThrillerMe pidieron que narrara una historia sobre mi vida, que en parte fuera cierta y en parte ficción. No me gusta escribir sobre mí mismo, pero tengo que hacerlo. Recuerdo el dolor como el hecho más tangible que ha marcado mi existencia, aunque poco rec...