Si extraño algo es estar tranquilo, no recuerdo la última vez que lo estuve, pensaría que era un niño pequeño cuando eso, pero la verdad siempre me costó trabajo conciliar el sueño y dejar de pensar. Era un niño caucásico, delgado y ojeroso. Hoy soy un adulto joven caucásico, delgado y ojeroso; supongo que hay cosas que nunca cambian.
Recuerdo el momento en que empecé a fumar con mucha melancolía, era un niño de apenas unos catorce años cuando eso sucedió. Mi sueño ya era ser poeta, escritor y vivir de mis palabras, no tuve inspiración para hacerlo y tal vez en busca de un incentivo me aparté de la senda que hasta el momento había llevado y empecé a vivir una vida más vacía, más banal. Un cigarrillo de la peor marca, tosí como si no hubiese un mañana, soy asmático y no estaba acostumbrado. Luego simplemente empecé a comprar las cajetillas porque quería seguir intentándolo, era muy difícil pero finalmente lo logré después de un par de meses, entre esos meses cumplí quince años y empecé a fumar también marihuana, la marihuana entraba en mí de una manera más sencilla, el cigarrillo no; el cigarrillo tuvo cierta restricción en mi sistema durante mucho tiempo. Al final conocí a Amelia, pero yo seguía con mis comportamientos destructivos, trataba de no comentarle mucho sobre el asunto, pero siempre fui sincero con ella por lo que se molestaba y por mi discutíamos frecuentemente.
A Amelia no le gustaba que fumara cigarro, así que mientras estaba con ella no lo hacía, casi siempre estaba con ella así que por mucho tiempo simplemente no lo hice más, sólo fumaba cuando salía con mis amigos o cuando era un ser social. Cuando nos dejamos lo hice mucho, mucho, empecé a ser muy constante y acabó por volverse un gusto adquirido, recuerdo que empecé porque sabía que cada cigarrillo acortaba mi vida y que me quería morir pero actualmente lo sigo haciendo porque la ansiedad me gana y yo no lucho contra ella, apenas me despierto es lo primero que mi cuerpo me está pidiendo y yo que soy hedonista lo complazco; con la marihuana no soy constante, lo he sido pero desde que empecé a tomar Prozac supe el riesgo que implicaba esa mezcla así que preferí abstenerme.
Actualmente estoy llevando en mi un proceso para purificar mi ser, para limpiar mi alma, para no olvidar sino aprender a vivir con la carga que tengo, no sacarle provecho sino ser mi propia ganancia. Quiero ser feliz, pero rechazo esa idea, quiero estar tranquilo y sólo tengo momentos de parsimonia en los que me desvanezco en la nada, a las personas que me rodean no les gusta que tenga esos momentos de parsimonia, pero no entienden que es lo único que busco, estar tranquilo.
La razón por la que rechazo la idea de ser feliz es que tengo el pensamiento de que los escritores no somos felices, somos miserables y eso es lo que nos hace especiales, estar triste siempre no es algo bueno, es algo horrible, pero lo que pasa por mi cabeza fruto de esa miseria en la que vivo es algo maravilloso, amo esa sensación de tener mucho por decir, escribir incluso desde antes que mi depresión comenzara ha sido un refugio para mi cuando las tormentas de arena en el desierto de mi ser azotan con fiereza mi alma. Un encantador de serpientes, eso soy, me han dicho que soy un ruin parasito rastrero y que utilizo a las personas para robarle su felicidad y vivir de su sentimiento; no mienten, si utilizo a las personas pero no quiero sus sentimientos, lo hago para descubrirme a mí mismo, lastimaré a las personas que deba lastimar para cumplir mi objetivo, o simplemente puedo dedicarme a ser feliz, vivir con lo que tengo y con lo que he aprendido, dejar de ser escritor de alguna u otra manera y enamorarme de la vida, pero primero quiero acabar este libro, depende del éxito que me dé, plantearé una u otra cosa. Fieles lectores de un monstruo sin sentimientos, este es mi momento de romper la cuarta pared, sepan que si "triunfo" como escritor, me dedicaré a recorrer el mundo y narrar mis experiencias en los viajes que haga, lo haré de la forma menos ostentosa que pueda y seré lo más sutil en cada parte del trayecto, llevar un diario vivir para contar mi historia, una agenda para anotar los datos más objetivos y una bitácora para plasmar lo que siento que ha cambiado en mí, desde el meridiano de Greenwich darle la vuelta al mundo y entrelazarlo con la línea del ecuador, descubrir el lugar más frio de la tierra quizá en Siberia y pasar una noche en el desierto del Sahara, bañarme en el mar muerto y sentir como algo que tiene vida puede estar más estigmatizado que mi alma, quizá quiera escalar el Everest y meditar con monjes tibetanos para encontrar la iluminación. He tenido muchas epifanías a lo largo de mi vida, pero ninguna tan especial como aquella cabaña en la que quiero vivir en una montaña en Noruega, aquel pequeño velero que quiero dirigir yo solo y tener un animal como compañía, un animal y todo lo que necesito para escribir. Aquella ancla de mi barco llevará el nombre de Amelia para que cumpla su objetivo de ser sido un lastre en mi vida.
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El Histrión - Primer Acto
Mistério / SuspenseMe pidieron que narrara una historia sobre mi vida, que en parte fuera cierta y en parte ficción. No me gusta escribir sobre mí mismo, pero tengo que hacerlo. Recuerdo el dolor como el hecho más tangible que ha marcado mi existencia, aunque poco rec...