Capitulo 1

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La alarma del movil me despertó. Eran las 7:30, un lunes. Me vestí con el uniforme, baje a la cocina a desayunar y como cada dia, Juan ya estaba preparado.

Nose como lo hacia pero siempre que yo bajaba a desayunar, el ya tenía la mochila a los hombros y me metía prisa para que comiera algo rápido.

Me decidí por beberme un vaso de leche y llevarme el paquete de galletas mientras caminábamos hacia el colegio. En nuestro paseito matutino, pasábamos por casa de Inés e íbamos los tres juntos.

Al llegar al cole, me dirigí al edificio de chicas con Inés y mi hermano se fue al de chicos. Al entrar en 3esoC, como de costumbre, la profesora ya nos esperaba para pegarnos la bronca diaria.

Inés y yo como haciamos habitualmente pasabamos de ella. La clase de Naturales se me pasó rapidisimo. Inés y yo estubimos todo el tiempo mandandonos notitas, en las cuales nos reiamos de Teresa (la profesora).

El timbre sonó y por fin llegó la hora del recreo, donde nos juntabamos con Pablo, Juan y Tomás. Desde los 12 años Pablo me ha gustado muchisimo y las horas de recreo eran el paraiso.

Al girar la esquina, donde nos encontrabamos cada dia el grupo de amigos vi a Gerardo. Un chico que me gustó en 6 de primaria. No le aguantaba, me ha hecho mucho daño estos últimos años.

Siempre estaba persiguiéndome para decir algo malo de mi y ahora él estaba allí otra vez.

Me cojió del brazo y me empezó a susurrar al oído:

-Quédate conmigo María-me dijo
-¡Estás loco, después de lo que me has hecho!!- Y salí corriendo de allí.

No podía aguantar más, demasiado tiempo sufriendo.

Una vez me alejé de él, empezé a llorar como nunca antes lo había echo.

Para mi suerte, Pablo apareció allí y me abrazó.

Estuvimos dos minutos así, mientras yo dejaba de sollozar.

Me dió un beso en la frente y como ya sabía qué había pasado, me propuso de estar en esta hora de recreo juntos para hablar del tema.

Yo acepté y fuimos a sentarnos al abeto que había al final del patio. Nunca antes había pasado una hora a solas con él, es más, creo que nunca me había hablado más de media frase en un día.

El timbre de final del recreo sonó y ya teníamos que ir a clase.

Me parece que este, sin duda había sido el mejor patio de mi vida.

Mi historia de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora