EN CASA DE PABLO...
-Tío las llamamos y quedamos, ¿Que me dices?-Dijo Dani.
-Vale, ¿llamo a mi prima y que se vengan a casa y pasamos el rato o te apetece ir a dar una vuelta por el pueblo?
-¿Y sí vamos a la ciudad y vamos a la pista de hielo a patinar? ¿Que te parece?- Dani le dijo, sabiendo que este otro iba a estar de acuerdo con la idea.
-A mi me parece genial, pero ¿Crees que ellas querrán?- le contestó de manera indecisa.
-Que sí, que eso es muy de chicas, les encantará la idea. Va llamala!
*Conversación telefónica*
- Hola Inés, oye que Dani y yo nos aburrimos un poco y hemos pensado que podríamos ir los cuatro a patinar sobre hielo a la ciudad- le dijo Pablo casi seguro de que le iba a decir que sí.
-A mí me parece bien, pero espérate que se lo pregunte a María- se oyeron voces de Inés preguntándole a ella que si quería ir- Sí que vamos a ir Pablo, gracias por invitarnos.- contestó Inés.
- Vale perfecto quedamos en la puerta de la estación de tren.
MIENTRAS, EN CASA DE INÉS...
-Que tía, que no!! Se me da de pena patinar... Que mal lo voy a pasar!- le replicaba a Inés.
-No pasa nada Mer! Verás que bien lo harás!- me intentaba consolar Inés.
-Jopes... Bueno que sea lo que Dios quiera!- comenté con tono esperanzado.
-Va, ponte algo cómodo y que abrigue que ya llegamos tarde.- me apremió Inés.
Me puse un tejano y una camisa de manga larga blanca con un jersei y como no estábamos en invierno, no cogí abrigo.
Por ultimo cogí mi movil y dinero.
Salimos de casa de Inés camino de la estación, donde habíamos quedado con los chicos.
Me vino un pensamiento a la cabeza cuando pensé en ellos.
¿Acaso sabían patinar? Ya me los imaginaba dando vueltas y cayéndose por los suelos...
Pero quien sabe, a lo mejor patinan incluso mejor que yo.
Cosa que no niego, ya que yo soy la peor patinadora del mundo mundial, si es que se me puede considerar como tal.
Llegamos a nuestro destino y ya estaban ellos esperándonos.
Entramos en la estación y mientras esperábamos al tren empezamos una absurda conversación.
-Bueno y ya habéis empezado a hacer los deberes?- preguntó Pablo no muy convencido de que ese tema diese fruto a una conversación.
-Mates, tengo un problema... No entiendo nada! Además no aguanto a la Profe.. Pobre señora pero es que es insoportable, y no la entiendo.- solté de carrerilla desesperadamente.
-Es tu día de suerte, preciosa- me contestó Pablo- tienes delante un crack en las mates. Si quieres algún día me paso por tu casa y te ayudo.
-Vale!, es decir, bueno ya veré...
-Jajajaja, bueno aquí llega el tren, que suerte porque no aguanto que habléis de los deberes...- dijo Inés con cara de pocos amigos.
-Alegra esa cara chiquilla, que ahora vamos a ir a patinar y nos lo vamos a pase de cien.- soltó Dani sonriendo a Inés.
Entramos en el tren y sólo había dos asientos libres.
Nos miramos los cuatro indecisos.
Inés y yo automáticamente nos apropiamos de ellos sin dejar si quiera que los chicos dijeran algo.
-Sentaros, sentaros. No pasa nada...- dijeron los dos.
-Si, tranquilos, eso ya lo dábamos por supuesto.- les dije yo divertida.
Al cabo de un rato, el tren paró en la estación de Sevilla capital.
Nos bajamos y fuimos directos a la pista de patinaje que había a unos diez minutos caminando.
Llegamos y alquilamos unos patines para una hora.
Yo estaba nerviosísima.
-Os adelanto que no soy ninguna maravilla patinado. A si que por favor no os riáis de mi cuando me caiga.
-Como me suele decir mi madre: "Para aprender, hay que cometer errores." Es decir que si te caes, estas aprendiendo.- me respondió Pablo.
-Gracias por los ánimos, pero voy a seguir patinado igual de mal.
-Desde luego, así de negativa vas por buen camino...
-Bueno dejaros de estupideces y vayamos a patinar que he pagado una hora por algo no para ver como os quedáis discutiendo.- dijo Inés de mal humor.
-Uuuhhh baja esos humos, no conocía esa faceta tuya!!- respondió Dani.
-Será porque no me conoces lo suficiente.- soltó Inés de mal humor después de la contestación de Dani, dirigiéndose a la pista.
-Bueno yo casi que me voy con ella- dije en tono de disculpa.
-Tu y todos. Hemos organizado esto para estar los cuatro juntos no separados, solo porque Inés se haya puesto borde no va a arruinarnos la tarde.- dijo Dani.
Fuimos a donde estaba Inés y la vimos en el suelo helada de frío por el hielo.
Se acababa de caer, y mira por donde, allí aparecía un chico dispuesto a ayudarla.
La verdad, el chico no estaba mal.
Le tiende la mano con una sonrisa y Inés se la devuelve con un tímido "Gracias".
Me giro y veo a Dani mirando al chico con cara asesina.
¿Estaría celoso? No, eso me lo parecía a mi. Maria no te montes películas en la cabeza y vuelve a la realidad, me repetía una y otra vez.
-Inés!! Te estábamos buscando.- dije cortándoles la conversación.
-Si, perdón estaba patinando, cuando me e caído y...
-Si, hemos visto la escenita, no hace falta que nos la cuentes.- la interrumpió Dani de mala manera.
Este comentario me llevaba a pensar que tal vez yo estaba en lo cierto!
El chico se fue un poco molesto y nosotros cuatro pasamos una tarde entretenida.
Entretenida, teniendo en cuenta las discusiones entre unos y otros.
Especialmente Dani e Inés.
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Mi historia de Amor
RomanceSoy María Fernández, una chica de 14 años, morena, ojos verdes, pelo castaño con mechas californianas por la cintura y mido un metro sesenta y siete. Me considero una persona cariñosa, muy abierta, sensible, con sentido del humor y afectiva. Vivo en...