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A la mañana siguiente Jungkook y Yoongi se prepararon para ir al colegio, el felino no quiso dejar al lobo solo en el estado que estaba y decidió quedarse a dormir con él, de todas formas ya los Jeon eran como su segunda familia, por lo que su presencia jamás estorbaba y Jungkook valoraba mucho que su mejor amigo se haya quedado a reconfortarlo, él solo probablemente se habría hundido en la tristeza. Estaban preparándose un plato de desayuno en la cocina, los señores Jeon se habían marchado antes, ya que ambos adultos trabajaban desde temprano, así que los días entre semana el alfa y Yoongi se veían obligados a prepararse su propia comida.

—Yoon...— Murmuró Jungkook desde la alacena observando con indecisión dos cajas de cereales. — ¿Quieres el que sabe a frutas o las ojuelas de azúcar?

El omega tomó la leche de la nevera y mientras se dirigía de vuelta al mesón contestó sin mirarlo.

—El de azúcar, esos aritos de fruta saben todos iguales. — Jungkook le frunció el ceño por sobre su hombro claramente en desacuerdo. Yoongi viró los ojos dando un suspiro exagerado. — ¡No empecemos con esto de nuevo Jungkook! — Exclamó.

El lobo se terminó de dar la vuelta y dejó ambas cajas sobre la superficie de mármol.

—Yo no he dicho nada...— Se excusó echando el cereal de frutas en su bol.

—Tu mirada lo dice todo. — Le señaló el minino con la cuchara y ojos entrecerrados.

Jungkook esbozó una pequeña sonrisa mientras vertía la leche en su cereal y el de Yoongi. Él, Yoongi y sus discusiones absurdas eran todo lo que necesitaba para estar de humor esta mañana, y a no pensar en Jimin. Memorar lo que ocurrió ayer lo hacía sentir triste, quizás se apresuró en ese momento, no podía lanzarse a la presa así como así, como dijo Nam, hay que ser pacientes, tu no cazas apenas ves a la liebre, esto debía hacerse a fuego lento o acabaría por quemarse. 

Si bueno, Jungkook podía esperar toda la vida si es por Jimin, y el sentimiento lo hizo sentir asustado, porque en serio era capaz, esto le demostraba hasta que punto su lobo estaba comprometido con lo que sea que sucedía con Jimin, una cosa que Jungkook aún no podía comprender pero por la cual luchaba. Llevó una cucharada de cereal a su boca para luego mirar a Yoongi, quien mientras masticaba se mensajeaba con alguien por el celular, luego dejó el aparato a un lado he ignorando su mirada interrogativa siguió comiendo. 

Jungkook frunció los labios y fue a sentarse a su lado.

— ¿Con quién hablabas? — Una vez más, la sutileza no era su fuerte, pero con Yoongi no la necesitaba creía él.

El omega bufó esbozando una sonrisa, su cola se bamboleó tras suya con ligereza, Jungkook le observó intrigado, pero el minino no le estaba dando el placer de su atención.

—Mi lobo pulgoso ahora resultó chismoso. — Se burló, provocándolo a propósito, como era de esperar Jungkook gruñó en respuesta. — No me gruñas idiota. — Le jaloneó la cola haciendo saltar al canino en su lugar. Yoongi se rio de su mirada avergonzada y molesta. — Ya ya, no me mires así, tú sabes que es con amor. — Esto último lo dijo con un tono meloso, como si le hablase a un perro.

Jungkook, rojo de la vergüenza, se apartó con el ceño fruncido cuando el omega buscó apretujarle las mejillas.

Maldita sea, ¡él no era un cachorro!.

—Estás muy gracioso hoy por lo que veo...— Dijo sin mucho humor, casi en un gruñido. Yoongi le dio un leve codazo en el hombro.

—Oh vamos, te encanta que te mimen. — Jungkook, frustrado porque tuviera la razón, negó rotundo con la cabeza. — Claro que si...— Se estiró para alcanzar tras las orejas del lobo y empezar a acariciar.

Sweet Bunny _ K O O K M I NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora