Sweet Bunny _ K O O K M I N

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La habitación estaba a oscuras, siendo iluminada únicamente por las luces led que decoraban las esquinas ocultas de las paredes que la conformaban. Después de lo dicho por Jungkook, Yoongi no supo que decir, así que todo el trayecto fue en silencio, cada uno se mantuvo encerrado en sus pensamientos y al llegar, casi en piloto automático, subieron a la habitación del más alto para permanecer allí sin decir ni una palabra.

Dos adolescentes, presa y depredador, estaban recostados en el piso alfombrado de la habitación del alfa viendo el techo como idiotas, probablemente esperando a que algo que les desvíe del problema central acaparase su atención, pero nada parecía ocurrir más allá de un denso silencio cargado de feromonas alfa y omega angustiadas. Es increíble como este asunto le preocupe tanto a Yoongi, a pesar de no involucrarlo en absoluto sentía el peso de la situación sobre sus hombros como si fuesen los de Jungkook, quizás porque alguna vez lo vivió.

Un suspiro involuntario abandonó los labios del omega, Jungkook dirigió su vista al felino quién no volteó, solo mantuvo la vista al frente siendo muy consciente de los ojos lobunos sobre su perfil.

-¿Que ocurre? -Preguntó Jungkook con una pequeña sonrisa, inconsciente se podría decir, pues tenía la mala costumbre de siempre ser muy dulce y amigable, sobre todo con Yoongi.

Yoongi bufó, un sonido divertido pero a la vez incrédulo por su pregunta, pues consideraba obvio lo que le afectaba.

-No sabes en lo que te metes - Comenzó con un tono endeble, Jungkook frunció el ceño - enamorarte de una presa sin duda es la peor cosa que podrías hacer en tu vida - Jungkook gruñó con molestia - ¡No me gruñas pulgoso! - regañó volteando a verle con una sonrisa burlona.

Jungkook observó como la cola del mayor empezó a bambolearse en ondas juguetonas, una señal de que el omega se hallaba menos tenso, Jungkook se apoyó en su brazo para observar mejor a su amigo omega y suspiró con cierta aflicción por la consciencia de sus palabras, pero no había manera de que él pudiese evitar lo que el aroma dulce de Jimin desencadenó dentro de si, un sentimiento aún débil pero intenso que jamás sintió antes, y apostaba con el tiempo se iría reforzando ahora que era consciente de que la presa conejito estudiaba en su misma institución y además, junto a Yoongi.

-Lo dices como si yo lo hubiera decidido - Jungkook bajó las orejas y su mirada se tornó algo triste - su aroma es el más exquisito que e podido olfatear, me cautivó hyung, mi lobo lo reconoce - la cola del alfa empezó a moverse y sus ojos brillaron de forma adorable.

El mayor suspiro mientras se estiraba con su elegancia felina característica.

- ¿Dices que es tu destinado? - Dijo Yoongi con desconfianza, como si le costase creer.

- Si - Dijo con adorable convicción - lo siento aquí - tomó la mano del felino y la posó en su pecho, sintiendo el corazón de Jungkook latir desbocado contra su palma.

Yoongi no creía mucho en ello, y cuando lo creyó terminó con el corazón roto, gracias a un depredador tigre, cuya familia tiene pensamientos muy arcaicos respecto a las relaciones presa/depredador, no lo culpaba por no tener el valor de enfrentarlos, pero tampoco podía ignorar la herida permanente que le provocó, se sintió como una traición en su momento, puras promesas vacías. No puede decir que no existen los destinados, pero seguía siendo complicado, ser destinados no asegura un final feliz, y es difícil para Yoongi hacerle saber esto a su lobo idiota cuando se le veía tan contento y endulzado por el vinculo espiritual de las almas afines. 

-...Eres un lobito muy cursi - Se burló mientras alejaba su mano del pecho contrario - pero está bien, te apoyo, y si necesitas ayuda créeme, allí estaré - De repente Jungkook se le abalanzó encima, estrechándolo entre brazos con una sonrisa brillante.