Con la casual alegría de una criatura silvestre, Ágata disfruta de cada curva que toma el lujoso coche. Su mirada fija en las llantas delanteras, revelan el asombro que le ocasiona la velocidad y la precisión con la que se conducen por el caprichoso camino a la mansión.
Tan pronto estaciona el auto, la criada con cara de rata rechoncha le hala por un brazo y la conduce al cuarto de servicio atravesando las estancias más importantes de la casa, en donde una docena de sirvientes ataviados con elegantes uniformes, corren de un lado a otro llevando la fina platería o acomodando inmensos arreglos florales, que a pesar de su exuberante belleza parecen no quedar bien en ningún lugar.
Con la cabeza hecha un lío y sin sospechar siquiera la razón de tanto revuelo, Ágata se coloca un traje negro que le queda más flojo que sus ganas de estar allí.
- ¡Nina! ¡Nina!
- ¡Aquí señora Lina!
- ¿Ya está lista? La señorita Elisa quiere esté con ella.
- Sí, le puse uno de mis vestidos porque no hay más uniformes. Ahora mismo la llevo.
- Deja que vaya sola, ya conoce el camino. A ti te necesito en la cocina -ordena, lanzándole una afilada mirada a Ágata que comprende de inmediato que ya debería estar en la habitación de aquella pálida doncella.Camina lo más rápido que puede tentada a empezar a correr pero tiene miedo de romper alguna cosa en ese palacio, que seguro vale más que su vida. Cuando cruza por uno de los pasillos choca por accidente con un señor muy galante, casi tan alto como una puerta, ya sin cabello en la cabeza y una barba blanca que desde abajo semeja algodón. Lleva en la mano una copa de coñac, y por el aspecto de sus ojos no es la primera. Ágata se disculpa con una reverencia y el anciano caballero la toma por las mejillas mirando fijamente sus ojos temblorosos como los de una presa asustada. Luego de tragar saliva para borrarse las palabras de la boca, suelta la cara de la insignificante muchacha y esta sale corriendo hasta que la puerta de Elisa detiene su huida, golpeando frenéticamente esperando que su bondadosa ama pueda darle refugio.
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El Silencio De Ágata
FantasíaVerona, Italia 1910. Ágata, una chica sordomuda, es contratada como criada en una elegante mansión para servir exclusivamente a Elisa, la hija de los amos quien sufre una extraña enfermedad. Durante una de las largas siestas de Elisa, Ágata decide...