Capítulo 4

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Nunca en su vida había estado tan nervioso.

Nunca. Jamás.

Habían excepciones, pero si le hubieran dicho que viajaría en el tiempo por su torpeza y que, acabaría justo ahora, al lado de Uzumaki Naruto; se les hubiera reído en la cara.
Seguía pareciendole un sueño, uno absurdo y malditamente real, que ahora mismo sólo quería gritar.

Se movían entre la gente, unos ignoraban y otros parecían curiosos al verlos. Recordaba las historias y frunció el ceño. Odiaba a la población ignorante.

—Oye, Shina ¿No?—lo llamo y cuando sus ojos se encontraron con los azules del Jinchuriki del nueve colas, se queda en silencio sólo unos segundos. Pronto, asiente y murmura al quedarse en un estado de mutismo, un insulto.
—Eres raro.—lo escuchó decir, él no negó eso.

—Sí...

Nuevamente el silencio se prolongó entre ambos y cuando quiso volver a retomar la "conversación" _que no lo fue, más bien_ llegaron a una zona exclusivamente de civiles. El edificio era alto, pero no tanto y mientras subían las escaleras, estas crujían.

Sus ojos siguieron escaneando el lugar, las paredes lucían pintura desgastada, sus luces parpadeaban y se oía un constante goteo.

No le gusto conocer por fin el lugar donde creció.

Naruto iba delante suyo liderando el camino y subieron dos tramos más, hasta llegar a un segundo piso. Habían tres puertas, se dirigieron a la última y una vez estuvieron frente a la madera. El dueño del piso, giro.

—Yo, no recibo muchas visitas.—comienza, nervioso.—Así que, no he limpiado, además llege sólo hace unos días...—advierte, colocando la llave en la cerradura. Shinachiku se cuestionó que tan mal estaba, podía ayudarle de igual modo.

Naruto abrió la puerta e ingresó, su departamento estaba igual que como lo dejó esa tarde y se lamento no hacerle caso a Sakura-chan cuando hablaron al respecto. Montones de ropa sucia esparcida por el suelo, camisetas y pantalones colgados en el respaldo del sillón de la sala, un llamativo calzoncillo naranja estaba girando en el ventilador de techo.

¡¿Cómo...?!

—¡Siento el desastre!

Shinachiku estaba en silencio, el modo que optó por seguir. Sus ojos viajaron desde Naruto _este, intentando quitar el calzoncillo del ventilador_ y la pequeña cocina atestada de trastes sucios. Una sonrisa se dibuja lentamente en sus labios.

—Eh...Naruto.—se hace el idiota, mientras se quita su sucio chaleco improvisado. El dueño del departamento lo observa y este llevaba un montón de ropa en sus brazos. —Necesitas...¿ayuda?

El Uzumaki parpadeo, y una gigante sonrisa zorruna apareció, acentuando aquellas marcas suyas.—¡No te preocupes por eso, puedo hacerlo-ttebayo!—dicho y hecho, arroja al suelo esa ropa sucia y prepara su técnica más conocida. —Kage Bunshin no Jutsu.—de inmediato, cuatro clones suyos se presentan, listos para hacer las tareas que pospone siempre que tiene oportunidad. Pero ahora tenía un compañero, lo que era irreal y debía darle una buena estadía o la abuela Tsunade lo haría trizas. —¿Ves? Podemos con esto ¿no es así?

El coro de Naruto's rompen el silencio y comienzan a dispersarse, uno directamente yendo al baño, su habitación, otro a la cocina y el cuarto juntaria la ropa del suelo.
Shinachiku observó todo con curiosidad, pero no le gustaba no hacer nada, así que, casi inconscientemente, lo imita.

Cuatro clones más, son hechos bajo la mirada incrédula del Uzumaki, Shina los mando a ayudar y se cruzó de brazos.

—No puedo quedarme sin hacer nada.— susurro, mientras se encogía de hombros y reía nervioso.

Back to the Future  (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora