Capítulo 5

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Le dolió la espalda por descansar en una bolsa de dormir en el suelo, pero no dijo una palabra al respecto. Se despertó temprano, acostumbrado al estricto horario que su madre le aplicó a toda su familia y aprovechó que el dueño del departamento estaba durmiendo aún para tomarse una ducha.
No demoró mucho y lavo sus dientes poco después, con el cepillo que adquirió una vez regresaban de Ichiraku, por lo menos, eso debía comprar porque no toleraba una mala higiene. Después de su aseo personal, se vistió con la ropa que Naruto le brindó la tarde anterior y remango las mangas.

Camino nuevamente al baño cuando se colocó las sandalias para chequear su herida en la sien y al verla mejor que ayer, sonrió. Luego frunció el ceño, sus ojos verdes captaron el sello de su frente y debía cubrirlo con vendas por si la banda de Konoha era retirada.
No debía dejar a la vista eso. Y recordó el de su estómago, pero de esa ya se encargaría luego.

Cuando ve su aspecto, se encoge de hombros. Ya no tenía una palidez enfermiza, las prominentes ojeras y su cabello luego de la ducha parecía más manejable. Sus amigos le cuestionaban el motivo de dejarlo crecer cuando siempre lo recortaba, pero siempre lo asoció a un cambio.

Sale del baño, con el fin de preparar un rápido desayuno para ambos. Debía ir a la torre Hokage en donde se encontraría con Kakashi-sama y le brindarán, probablemente información sobre cómo regresar. Era muy pronto para saber algo, pero no perdía la esperanza.
No había mucho en la cocina, los gabinetes estaban repletos de ramen instantáneo y olvido por completo pasar por la tienda antes de regresar a casa.
—Soy un idiota.—susurro, amaba el ramen pero no era un buen desayuno. Por más que Naruto dijera lo contrario.
Entonces procede a colocar agua a hervir en la tetera y decide ir a despertar a su "compañero".

Este roncaba, abrazado a su almohada con fuerza y balbuceaba por lo bajo, al oír el nombre de...Sakura, se sonroja terriblemente. Cubriendo su rostro y suspirando con pesadez, decide dejarlo pasar. —NARUTO.—Eleva la voz, cruzado de brazos y aguantando la risa al ver como el nombrado se sobresalta y despierta de golpe, soltando la almohada que anteriormente sus brazos rodeaban.

Le dedica una mala mirada, con una cara de sueño terrible. Su gorro de dormir, solo le añadía más gracia al asunto, Shina contuvo su risa y colocó un rostro más serio. —¿Qué?

El viajero se encamina a la puerta y gira para responder.—El desayuno estará en un momento y por si no me equivoco, el entrenamiento tuyo comienza a las ocho y ya son 7 y media.—sale, escuchando el grito de inconformidad suyo.

¡¿Qué interesa?! ¡Kakashi-sensei siempre llega tarde?!

Veinte minutos después, desayunan a las apuradas y no tienen tiempo de limpiar. Por lo que prometen hacerlo luego, antes de correr en distintas direcciones.
Naruto se marchó dejándolo irse a la torre Hokage como le comunicó en un inicio y el Uzumaki fue a los campos de entrenamiento donde se encontraría con Sakura para esperar a Kakashi-sama.
Shina suspiro, mientras subía las escaleras. Se preguntó si su madre se habría dado cuenta de su obvia ausencia, ya suficiente tenía como para ahora perderlo a él.

'Soy un tonto, sabiendo que ella está sola...'

—Llegas tarde.—le dicen, sacándolo abruptamente de sus pensamientos y al elevar su vista del suelo, el cuello le cruje. El que le habló en un inicio, no era nadie más que Jiraiya. Aún le era dificultoso verlo.

—Ne, Ero-sennin, a Naruto le costó despertar.—sonrió, con la mano tras su nuca, nervioso. 
El Sannin inmediatamente lo jala hacia su cuerpo, quedando mejilla con mejilla y le susurra, una mirada de soslayo le advierte de lo serio que se encuentra:
—¿Qué tanto sabe ahora Naruto?

Back to the Future  (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora