Ya no había nadie cerca a ella, estaba sola esperando a que la recojan. Suspiro. Camino nuevamente por el enorme patio del colegio, se sentía ¿triste? ¿Melancólica? ¿Ambas? Pues no lo sabía, extrañaba ese trato especial que era dado por la azabache y quien no lo haría. Cuando una persona te cuida demasiado pero de una manera no asfixiante, la protegía de todo, la consolaba, se quedaba con ella cuando la dejaban así.
Suspiro.
Se resigno a saber que nunca volvería a tener ese trato especial otra vez ¿o quizá si? Ella no sabía que en realidad la azabache aún gustaba de ella, ella pensaba que la azabache la salto de página así sin más.
Camino hacia la entrada, su padre ya estaba ahí. Subió al carro, evitó todas las preguntas de su padre con solo decir que estaba cansada. Cerró los ojos imaginando en los buenos tratos que recibía antes, todas esas miradas y a veces sonrojos. Era hermoso verle sonrojada y aún más tratando de buscar escusas para sus sonrojos. Se sonrojo. Recordar esas sonrisas radiantes que daba después de un partido de vóley, o esos guiños de ojos que ahora sabía que eran para ella, también extrañaba esos mini abrazos o mimos que le daba. Vaya que perdió a una gran chica por su estúpida idea de:
«Soy heterosexual, no me gustan las mujeres.»
Se golpeó mentalmente. Bajo del auto y entró a su casa como costumbre, entró a su habitación para cambiarse. Se puso un polo color verde y unos pantalones negros, se tiro a su cama. Suspiro como cuarta vez en menos de una hora. Abrazo su almohada para esconder su cara en ella.
- ¿por qué te dije que no? - susurro inquieta - soy una estúpida
- ¿con quien hablas? - pregunto su hermanita entrando a la habitación
- con nadie pequeña - dijo sentándose en su cama - ven
La pequeña se acercó a su hermana para sentar en su regazo. Se notaba a kilómetros la tristeza en su rostro. La pequeña miró intrigada su rostro.
- ¿po que tas trite? - preguntó la pequeña con el típico tono de niña que recién aprende ha hablar
- por nada - contestó sonriendo - solo estoy cansada
- deme emanita - dijo la pequeña bajando de la cama
- gracias pequeña - contestó volviendo a echarse en su cama
Cerró sus ojos, una lagrima traviesas resbaló por su mejilla seguida de otra y otra y así sucesivamente hasta hacerla parecer un mar de lágrimas. Se tapó la boca con el dorso de su mano, la mordió mientras dejaba que las lágrimas caigan hasta mojar las colchas de la cama.
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Se sentó al borde del tejado de la casa. Llevo su mirada al cielo, suspiro y cerró fuertemente los ojos. ¿Estaba bien lo que estaba haciendo? Quizá lo estaba haciendo mal. Pero no lo sabía. Todavía no. Tenía que darle sólo una semana más, sólo una más. Si en esa no decía nada, la olvidaría estaba segura de eso.
- si después de esto no dice nada - suspiro - te olvidaré juro que lo haré.
Tomó un poco de agua el resto de la botella se echo en el cuerpo, mojando su camiseta de tirantes negra a rayas. Escucho que la llamaban, sabía que era su grupo de básquet. Se levantó y se acercó a ellas, tomó el balón en sus mano y se puso a jugar. Jugar le ayudaba a despejarse y justo ahora era eso lo que más necesitaba. Vaya que lo necesitaba.
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Sigo viva jajajajjaj :v
Necesitaba un respiro y ahora que lo tengo lo escribí.
Tengo una gran oportunidad como mangaka por lo cual me quedo sin tiempo. Perdón.
Pero trataré de actualizar por aquí, vayan a mi segunda cuenta @alien72
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My princess
Ficção Adolescente¿Enamorarse de tu amiga esta bien? Esa es la pregunta de Daniela, es normal, pues ella se enamora de su amiga y lo peor es que esa amiga no es como ella piensa. ¿Mente cerrada? Si, efectivamente su mente es demasiado cerrada pero por cosas del dest...