Capítulo 21

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Después de la tormenta viene la calma ¿no es así, querido lector?

Bueno, eso pensaban las protagonistas de esta historia.

Daniela por su parte, estaba en la obligación de escoger en formalizar el inicio de una relación junto a la persona que siempre añoro o dejar las cosas como estaban. Optó por la primera opción, tenía que estar orgullosa por eso, aunque sabía que eso le destrozaba el corazón a otras personas, Nathaly y Noemi para ser más específicos.

Ella no tenía la culpa de que ellas se enamoran de quien no debía, incluso ella esta equivocada, sabía que no debía haberse enamorado de Angely, pero no hizo nada para detener ese enamoramiento. Y ahora se encontraba debatiendo entre ser o no ser, aunque tenía la respuesta más que clara en su mente. 

Agarró su celular y después de varios bips alguien contesto.

- ¿Bueno? - sonó la voz de su ángel a través de ese milagroso aparato.

- Hagámoslo oficial - dijo sonriendo, sabiendo que no podría verla.

- ¿Eh?

- Salgamos, de ahora en adelante - dijo segura, olvidando la coherencia que antes tenía.

- Si eso quiere esta bien - contesto apenada la trigueña. - Nos vemos en la escuela. - dijo tratando de colgar esa llamada lo más antes posible.

- Hasta entonces - dijo la azabache soltando un inaudible te quiero.

Angely corto la llamada.

Estaba con el corazón a mil, ¿estaba soñando? quizás si, aunque confirmo que no era así al pellizcarse más de una vez. Soltó un pequeño chillido. Vaya que estaba emocionada.

(...)

Día nuevo, clases nuevas. O eso decía su padre al momento de dejarla en la entrada del colegio, bajo de ese auto de color gris, ahora que lo pensaba, había sido el color más neutro que podían haber elegido. Caminó hasta la primera puerta de entrada, registrando su asistencia, quiso pasar de largo e ir directamente a su salón correspondiente a la primera hora, desgraciadamente sus planes fueron interrumpidos por unos brazos que le impedían el paso.

- Con permiso. - dijo tratando de mantener la calma, hoy se había levantando con el pie izquierdo y estaba insoportable. Tanto que no hubo platica en su trasporte.

- Tenemos que hablar. - dijo la dueña de esos brazos, alzó la vista y la vio: Daniela, frente a ella con una sonrisa cálida en su rostro, totalmente diferente a ella.

- Ahora no.

- Tiene que ser ahora. - sentenció la azabache, jalándola del brazo, ignorando las miradas curiosas de las demás chicas de la institución.

Llegaron a lo más alejado de los estudiantes, mejor dicho, Angely fue arrastrada hasta ahí. Daniela suspiro, estaba lista, era ahora o nunca, aunque nunca no estaba en sus planes.

- ¿De qué quieres hablar? - dijo la trigueña, tratando de recuperar el aliento perdido.

- No lo dije formalmente y por eso te traje aquí - contesto sonriente - ¿Quieres salir conmigo?

- Pudiste decirlo antes, idiota.

- Lo siento - dijo entre pequeñas risas, para luego sentir unos brazos rodeando su cintura. - ¿Eso es un sí?

- ¿Tú que crees?

- Que sí.

Y la abrazó.

Hacía tanto tiempo ansiaba abrazarla sabiendo que era suya, esa alegría que le producía esa pequeña muestra de cariño era notoria, puesto que empezó a sonreír exageradamente.

Un pequeño te quiero fue soltado, el cual fue respondido con un Yo también te quiero. Dando una sensación agradable en ambos corazones, aunque cuchillos filosos para otros.

La escena era presenciada por Nathaly, quien con una sonrisa amarga empezaba a abandonar el lugar, su corazón no soportaría ver más muestras de afectos entre la persona que ocupo su lugar y la que robo gran parte de sus suspiros. Ella quería estar en su lugar, pudiéndola abrazar y besar cuando quisiera, sin que Angely se resistiera. Lastimosamente solo era un ilusión creada por su corazón, el cual ansiaba estar en su lugar. 

Dolía. 

Y mucho.

Lo mismo para la morena, aunque ella no estaba enterada de la, ahora oficial, relación entre Angely y Daniela, ¿Qué sería de ella al enterarse? Seguro moriría, a fin de cuentas ya se estaba haciendo la idea de poder salir con Daniela, aun si eso implicaba que su corazón estuviera siendo ocupado por el de alguien más.

Caminaron, se habían escondido durante toda la formación para tontear, según Angely, y tenían el tiempo justo para colarse entre sus compañeras e ir a su respectivo salón. Quizás esa no fue una idea tan certera puesto que sus amigas empezaron a molestarla, a Daniela, preguntando que había estado haciendo con Angely como para saltarse la formación, y, aunque quisiera gritarlo a los cuatro vientos, se lo reservó. No estaba segura si es que Angely no se arrepentiría después. Eso lo averiguaría con el tiempo.

(...)

- ¿Podemos almorzar juntas? 

- ¿Eh? ¡Claro! - contestó Daniela sonriente, había estado sorprendida en un inicio al ver a Angely tomando la iniciativa pero recordó que así era ella.

Todo el salón, o al menos las que se quedaban a almorzar ahí, observaron la escena enternecidas, ¿Quién no vería enternecido a una pequeña Angely pidiendo algo a Daniela con un pequeño sonrojo y puchero? Creo que todos los presentes dirían que jamás la habían visto así, pero que era una maravillosa vista.

Comieron. Hacía tanto que no comían solo las dos, sin que hubiera un tercero o un cuarto haciendo platica sobre temas que interesaban a todos, con ella era distinto. Procuraba que comiera bien y no dejara nada en su plato, costumbre suya, sin dejar de conversar o haciendo las pausas necesarias. Como si todo estuviera escrito en un guion, el cual seguían a la perfección.

La mayor traía su celular, como de costumbre, se colocó sus audífonos de una manera discreta para que Angely no se diera cuenta, ocultándolo con su flequillo, un quejido evitó que ella pudiera reproducir su playlist favorita.

- ¿Sí?

- No deberías traer tu celular - regaño la menor, en altura claro esta, cruzando sus brazos. Odiaba que desobedezcan las reglas. - Esta prohibido.

- Lo siento - dijo Daniela presionando el botón de Play en su celular.

- Si lo sintieras, ya habrías guardado ese celular.

Daniela rio, sabía como se ponía su, ahora, enamorada con respecto a las reglas e indicación de la escuela, aunque eso no implicaba que le gustará provocarla un poco, claro siempre tenía consecuencias. Y esa, en este caso, fue que Angely le arrebatará el celular y lo guardará por el resto de su jornada escolar.

Y, tras las insistencias de Daniela para que le devolviera su celular, las clases trascurrieron normal.

My princessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora