Bad Stepbrother || Ziam

Capítulo 15

Viernes.
6:40 a.m.

Liam trató a toda costa de evitar a Zayn los próximos doce días; se sentía abrumado, confundido y –sobretodo– culpable. Él tenía novio, se supone que es Luke quien le gusta no su hermanastro, además de que las infidelidades son de las cosas que él más odia y, al besar a otro estando en una relación, se había convertido en un asqueroso traicionero.

Las cosas no estaban bien, definitivamente no lo estaban. No quería dejar a Luke, pero seguir con él tampoco sería algo bueno debido a sus desordenados sentimientos.

Dejando escapar un pesado suspiro, le dio los últimos arreglos a su cabello y salió de la habitación, llendo escaleras abajo para despedirse de su papá.
—Adiós, papi —dijo, antes de acercarse a su progenitor para plantar un casto beso en su mejilla.

—Adiós, cariño —dijo su padre—. Dile a Zayn que maneje con precaución.

Liam asintió –aunque por supuesto no le diría nada– y fue hasta el sofá para tomar su mochila.
—Nos vemos en la cena —Dicho esto, salió de casa. Caminó lento hasta llegar al coche de su hermanastro y subió en los asientos traseros.

Malik encendió el automóvil apenas el menor se hubo colocado el cinturón y su tenso trayecto a la universidad comenzó.

[...]

Al llegar al aparcamiento de la institución, Zayn esta dispuesto a tratar de hablar con Liam, pero apenas apagó el automóvil, escuchó como alguien palmeaba una de las ventanillas traseras; era Luke. Liam curvó sus apetecibles labios en una dulce sonrisa y se apresuró a salir del vehículo para besar a su novio e irse con él tomados de las manos.

Decir que Zayn estaba molesto en este momento era poco, casi podía sentir su sangre hervir. Tomó su mochila del asiento del copiloto y salió de su coche, cerrando este mismo de un portazo.
—Maldito rubio de mierda —murmuró refiriéndose a Hemmings.

—Hey, Zayn —dijo Louis a modo de saludo, acercándose a su amigo después de haber visto aquella escena—.  ¿Qué pasa contigo y tu hermanastro, eh? Lo he notado raro desde hace días.

Malik dejó escapar un pesado bufido por la nariz, mientras se colgaba la mochila en un hombro.
—Es una idiotez —comenzó, a la par que ambos se dirigían hacia la gran puerta de la institución—, me dejó de hablar simplemente porque leí su estúpido diario... y porque quizás nos besamos —balbuceó eso último.

—¿Qué? —cuestionó realmente sorprendido—. ¿Besaste a Liam?

—No, nada, olvídalo —bufó el azabache—... Es solo que... Yo... Ugh, no lo sé —añadió frustrado, pasándose una mano por el cabello—. Últimamente me he sentido muy estresado y apagado. No me siento como yo mismo, ¿entiendes?

—Lo que tú necesitas, amigo mío, es emborracharte hasta que no recuerdes ni tu nombre —dijo con una gran sonrisa—. Y estás de suerte, porque justo esta noche habrá una fiesta que será una maldita locura. ¿Te apuntas?

—Mmm... No suena mal —comentó, asientiendo lentamente, analizando la oferta—... ¿Sabes qué? Tienes razón, no hay nada que algo de alcohol y diversión no curen. Sí, cuenta conmigo.

—Genial —Sonrió ampliamente—. Y... ¿llevarás a tu novia? —preguntó, fingiendo arcadas.

—Idiota —dijo entre bajas risas, dándole un leve golpe en el antebrazo—. Supongo que sí la llevaré, la necesito para terminar debidamente la noche, tú me entiendes. Volveré a ser el de antes hoy mismo; sin presiones, molestias ni confusiones. Solo la fiesta, mis amigos, mi chica y yo.