18| Ojos rojos

364 23 1
                                    


La mansión oscura frente a sus ojos platas lucía escalofriante, subió los dos escalones que le faltaban y empujó la puerta de la entrada, el silencio y la oscuridad golpeó el rostro de Phoenix y se adentro a ella con paso lento mirando el lugar, dió media vuelta donde estaba parada y luego miro hacia la escaleras oscuras, sin duda, la luz habia desaparecido.

Conjuro un "Lumus" y comenzó a subir las escaleras mientras sentía un par de ojos sobre su espalda pero el temor la domino por completo y su cobardía le impidió enfrentar a la presencia que estaba su casa, camino hasta su habitación y la cerro con seguro, dió media vuelta y comenzó a buscar algo que le ayudará, rebuscó entre sus libros, mapas y en la cama.

Tenía que remendar el vínculo que ella había roto para que todo regresara a la normalidad, tomo la daga y la miro fijamente entre sus manos dispuesta a lograr que todo terminara bien.

Una hora más tarde de arrojar cosas de un lado a otro y escuchar como se rompían ante el impacto en el piso se dejó caer en el frío piso de la habitación, abrazo sus rodillas mientras la luz de la luna se filtraba por la ventana sin saber que hacer.

Escondió su rostro entre sus piernas y dejo caer sobre sus mejilla algunas lágrimas frías, era una mal hija y ahora por su culpa toda su familia habían desaparecido sin la probabilidad de que regresarán.

La puerta de la habitación se abrió lentamente sin que la joven rubia se percatarse quien estaba sumida en sus pensamientos, el extraño camino entro a la habitación, sus pies desnudos y su paso se detuvo frente a ella.

-Ha pasado mucho tiempo Malfoy

La voz fría del extraño hizo que los vellos de su piel se herizaban, lentamente Phoenix alzo su cara, sus ojos plata se abrieron ampliamente y su labio inferior comenzó a temblar sin parar, la joven ya no lloraba pero sus ojos seguian llenos de lágrimas.

Un par de ojos rojos la miraban atentamente.

-Gracias a ti, he regresado Malfoy- se arrodilló  frente a la rubia- Pero quita esa cara de espanto, después de todo, vengo siendo tu tío.

La respiración de Phoenix se detuvo mientras su cerebro le gritaba:

"Huye"

HP| ObliviateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora