Yo lo deje. Ella te dejó

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— Está bien. Eso es todo chicos— el entrenador de baloncesto gritó y agitó las manos, llamando la atención de los chicos que habían estado jugando un partido amistoso. Todos corrieron a su encuentro, hasta formar un semicírculo alrededor del hombre alto y con ropa deportiva verde— Lo hicieron bien hoy. Algunos ya saben lo que deben de mejorar y espero que trabajen en ello. Este año no hay un campeonato tan importante como el del año pasado. ¡pero aún así está el campeonato local que debemos ganar! — dijo con fuerza y emoción, contagiando a los jugadores— ¡Debemos demostrar quienes somos¡ ¡Quienes ganaron la Liga nacional el año pasado! ¡Porque llegamos para quedarnos! ¡¿quedó claro?!

— ¡Si, señor! — gritaron al unísono.

— ¡No los escucho! ? ¿Quedó claro?

— ¡SI SEÑOR!

— ¡Así me gusta! Con fuerza ¡Con pasión!  Nos vemos el lunes muchachos. Vayan a las duchas. Excepto los que tienen que recoger las cosas hoy— ordenó el entrenador.

Sasuke no esperó a que se lo dijeran dos veces y salió apurado hacia los vestidores. El entrenamiento se había alargado unos minutos y él no tenía ganas de hacer esperar al Namikaze.

Se baño y cambio en menos de 10 minutos, un récord para él, quien siempre le había gustado tomarse su tiempo en las duchas.

— ¿Por qué tanta prisa? — preguntó burlón uno de sus compañeros llamando la atención de varios pues había hablado un poco fuerte. No era muy alto, pero sí lo suficiente como para poder jugar básquet. Tenía un cabello castaño rizado y ojos marrones. Su nombre era Dosu Kinuta y no precisamente era del agrado del Uchiha, pues ya habían tenido uno que otro choque.

— Nada de tu incumbencia — respondió cortante mientras agarraba su bolso, donde acababa de guardar sus cosas, y comenzaba caminar hacia la salida — Buen trabajo chicos. Adiós— se despidió apurado de todos y salió sin esperar respuesta, siendo el primero en dejar los vestuarios.

Cuando estaba llegando a la biblioteca pudo ver a dos personas paradas cerca de la puerta. Por lo general no les prestaría atención pero fácilmente pudo reconocer a uno de ellos.

Naruto estaba hablando con un chico una cabeza más bajo que él. Era delgado y de cabello marrón oscuro. No podía ver ningún otro rasgo que le permitiera saber de quién se trataba, ya que esa persona le daba la espalda.

Cuando la distancia era menor entre ellos, Naruto lo vio y sonrió.

En la mente de Sasuke solo resonó una palabra mientras sus ojos se deleitaban con lo hermoso que se veía Naruto cuando sonreía.

Guapo. Muy guapo.

A veces tenía ese pensamiento sobre el rubio. Más como algo pasajero, que no se quedaba mucho tiempo en su mente.

Surgia cuando se lo cruzaba por casualidad en los pasillos del instituto, mientras el rubio estaba con su grupo de amigos riendo o simplemente sonriendo. Era sorprendente como ese simple gesto le cambiaba por completo el rostro. Iluminandolo. No había otra forma de describirlo y te hacía preguntar:

¿Donde había quedado ese chico malo?

— Hola — le dijo aún sin quitar esa sonrisa. Para Sasuke su voz sonaba extraña pues nunca la había escuchado así antes. No había seriedad en ella. Era la voz con la que de seguro le hablaba a alguien medianamente cercano. Y el Uchiha estaba seguro de que él no lo era para el rubio.  

No pudo evitar poner una cara de confusión ¿Qué estaba pasando? Su "noviazgo" no empezaba hasta el lunes. Así que ¿por que el rubio le hablaba como si ya fueran novios? ¿Por qué eso hacía, verdad?

Sé mi novio (Reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora