Capítulo 2

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Creo que es importante empezar contando cómo comenzó todo. Esto ocurrió hace algunos años atrás. Desde que todo comenzó, yo cambié. Gracias a él hoy soy distinta. Desde que todo comenzó...

<<El amor moderno en tiempos de redes sociales.>>

Estaba de paseo con mi papá. El paisaje dejaba sin aliento. Era el desierto, lleno de paz, tranquilidad y aire puro. No sonaba nada más que el viento. Acompañar a mi papá en sus aventuras me hace muy feliz. Al terminar nuestra aventura, subí una foto a instagram. Me fui a bañar y cuando me vestía revisé mi celular, sorprendida vi que tenía un mensaje privado, respondiendo a esta foto. 

-¿Dónde es eso?    -al mensaje acompañaba un emoji de sorpresa. 

La verdad no sabía quién era la persona que me había enviado el mensaje, por lo que me metí a su perfil. Sorprendida me di cuenta que era un chico que iba en mi universidad. Se llamaba Tomás Rojas. Amablemente le contesté:

-Es el Desierto de Atacama, cerca de Copiapó.  -haciéndole saber que era un lugar que se encontraba al norte de la ciudad- 

-Aahh, ya veo. Creo que lo conozco, ¡es muy bonito!

Luego de conversar un poco más, vi sus fotos y era atractivo. Hasta el momento seguía pensando en que no lo había visto nunca por ahí. Quizás si, pero no lo recordaba, por lo que le pregunté:

-Disculpa pero, ¿nos conocemos? 

Para mi esa pregunta era muy normal y muy en buena onda, pero para el pareció ser pesada, por lo que me contestó que me había visto en la universidad, y después de un par de lineas más, y no hablamos más. 

Desde eso pasó un año. Quizás un poco más. Nunca lo vi. Yo estaba enfocada en mi carrera y mis estudios, intentando dar lo mejor de mi en la universidad. Estudio para ser profesora, y me encantan los niños. Soy muy feliz con lo que estudio, a pesar de que hay veces en que no doy más. Aunque no todos lo creen, mi carrera es difícil. Iba a comenzar mi tercer año cuando Tomás me volvió a hablar. A pesar de no haberlo visto nunca en el lugar donde estudio, era muy simpático. Hablamos durante algunos días más, pero la conversación no parecía fluir mucho. No recuerdo cómo pero dejamos de hablar durante unos días.

Hasta que fui yo la que le comenté sobre un vídeo que subió. Desde ahí, toda esa inconsistencia entre nosotros cambió. Conversamos un poco, -un poco bastante- toooodo el verano. Me hacía reír, teniendo muchísima confianza con él. Me contó que el no era de la ciudad, por lo que pasaba el verano en con su familia en otra parte. El verano acabó, y comenzaron las clases. Un día estábamos con mis amigas en mi casa. Les conté sobre él, diciendo que lo encontraba atractivo, al menos por las fotos, diciendo lo bien que se sentía chatear con él. 

-¡Hey, se ve que es mino!    -dice Val. 

-Oye Ale, ¿y qué onda? ¿No han hablado de salir? 

Valentina y Laura eran mis mejores amigas. Hacíamos todo juntas. Y no confiaba en nadie más que en ellas. Mi ayuda incondicional, mis compañeras de maratón de series y amor infinito por Noah Centineo. 

-No, la verdad es que me da un poco de vergüenza que me rechace. Quizás es simplemente buena onda, no sé... No quiero decirle que salgamos. Debería esperar a que él me invite a salir. 

-Mmm, pero puedes decirle algo así como: 'Estoy aburrida de estudiar tantooo, y tengo taaaanta hambre...' Así como para que te diga ¿vamos a comer algo?    -dice Lau-

Las tres nos reímos de lo patéticas que somos las mujeres a veces. ¿Qué tiene de malo ser rechazada? No es el fin del mundo. A parte, gracias a dios hoy en día existe el chat, y no tenemos que lidiar con el rechazo en nuestras narices. Con mis amigas planeamos algo que decirle, hasta que por fin...

-¿Quieres salir a tomar una cerveza? ¿Y quizás comer sushi?

-Me encantaría.    -respondí. Siendo sincera, sólo ese mensaje me hizo explotar de emoción. 

Con mis amigas reímos y escuchamos música, planeando cómo sería el día en que ambos por fin nos viéramos en persona: el sábado de esa misma semana.

Hasta que llegó el día...

Nunca dejes de soñar | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora