Capítulo 10

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Que tranquilo se siente, estar con tus amigos, donde puedes ser tú mismo, reírte y todos reír contigo, puedes decir cualquier tontería y  esperar que los demás compartan la misma alegría, esa era mi familia, mi salón, hasta ahora.

Hey chicos!, a que no saben,   hoy saldré en grupo con una chicas del colegio, pero una de ellas me atrae, me hace sentir tan bien su presencia, les dije a Bequer, Joaquín y Liam.

Jajajajaja aunque eres todo un "galán", me dijo entre risas Bequer.

Jajajajajaj creo que exageras, mientras no aguantaba la risa.

A los pocos minutos, tocaron la campana, al parecer era hora de regresar al salón de clases.

Mientras subíamos  las escaleras, vi a Samanta y ella me correspondió, nos saludamos con una sonrisa ya que estábamos lejos.

Oye y ¿esa sonrisita?, no me digas que te gusta la amiga de Pamela, Bequer lo dijo mientras seguíamos ascendiendo, respondí algo avergonzado y solo pudieron salir estas palabras de mi boca:

Pues me parece una chica linda, pero ya veremos qué pasa, por cierto y, tú ¿cómo la conoces?

Respondió que hace un tiempo ella estaba con un chico y resultaba que la trataba mal pero a ella le seguía gustando, en realidad, no estoy muy enterado, deberías preguntarle a Pamela, después de todo es su mejor amiga; dijo Bequer.

Jajjajajaja joder tienes razón, debería preguntarle, gracias por el dato.

Habíamos llegado al salón, esta vez tocó clase de educación física, así que era hora de ponerse el buzo e ir.

Todos salimos con el profesor, nos ordenó que hagamos filas, ya que el desorden podría hacer que nos dejaran sin hacer ejercicios, asimismo acatamos las reglas, tomamos rumbo a la loza deportiva que quedaba un poco lejos del colegio, aproximadamente uno siete minutos caminando.

Después de ese tiempo determinado llegamos.
Al parecer cobraban para entrar, el costo era mínimo, pero aún así había compañeros que no sabían de ello, así que tuvieron que prestarse, por suerte era uno de los que siempre cargaban dinero consigo.

Oye Elías, ¿crees que me puedas prestar para pagar la entrada de la loza?, ya en el salón te lo pago, dijo Pamela.

Me quedé pensando... Después de todo si le prestaba y me hacía más amigo de ella podría tener más oportunidades con Samanta, me dije.

Está bien, te prestaré, ella agradecida sonrió.

Todos habíamos entrado, cada quien hablando con alguien mientras el profesor indicaba qué hacer.

Aproveché para sacarle información a Pamela sobre Samanta.

Hey Pamela, y ¿qué tal Samanta?, ¿irá hoy a lo que le invitamos?

A lo que me respondió que si podía, entonces proseguí

Y.. ¿ella tiene novio?

No, pues en realidad está decepcionada de los chicos, asi que no creo que se quiera tener algo con alguien, dijo.

Ahhh, entiendo, con una voz exaltada, le respondí.

Al rato el profesor mandó a todos los varones a correr y a las mujeres a saltar, así por un buen rato.

Después de haber terminado, nos dejó tiempo para jugar fútbol, pues, nos merecíamos un descanso.

Jugamos por casi una hora, todos mis compañeros eran buenos con el balón, yo era el único que no jugaba tan bien el fútbol, pues no lo practicaba seguido.

Pasó una hora desde que había comenzado a jugar, ya era el momento de retornar al colegio, dijo el profesor.

Cuando llegamos ya habían tocado la campana, al parecer ya era tarde, tenía que salir rápido.

Me despedí de todos, para luego salir y ponerme en marcha a mi casa...

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