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Ya se había hecho de noche, y con ello llegó el cansancio y las ganas terribles de comer.
— ¿Debería ir a comprar algo? — cuestionó Tae-hyung a su madre.
— De acuerdo, pero, ¿no quieres que te acompañe? — preguntó de vuelta ella, mientras acomodaba unas cosas.
— No, no es necesario, prefiero que te quedes aquí; no sabemos si ya fueron alertados — habló bajo, su madre abrió un poco sus ojos.
Asintió.
— Tienes razón, hay que ser más cuidadosos esta vez — comentó, para luego acercarse a su hijo y tomarlo por los brazos; — Cuídate V, no vayas tan lejos y vuelve pronto — mencionó algo preocupada la mayor.
Tae tomó sus manos y depositó un pequeño beso en cada una, para luego tomar un abrigo y salir de allí.
~
Ya había caminado dos cuadras abajo sin encontrar una tienda abierta.
Vaya, que suerte.
Iba algo distraído hasta que escuchó una voz, haciéndolo prestar atención.
— ¿Hace cuánto vive aquí? — cuestionó un hombre vestido completamente de negro, a otra persona algo consternada.
No puede ser.
Era la misma persona de hace años.
Se colocó detrás de dos postes que allí estaban, en un intento de entender al fin de quiénes se trataba.
Pudo ver a dos hombres más, armados. Y una camioneta con las siglas OCAA.
¿Qué significan?
Normalmente las siglas en mayúsculas son explicadas en su totalidad en minúsculas. Con cuidado se dirigió al costado de un auto que estaba exactamente al frente, encontrando así una respuesta.
Organización Controladora de Anomalía Alienígena.
Debo volver con mi madre.
Tratando de no hacer ningún ruido, se puso de pie y entre las sombras se dirigió calles arriba. Cuando ya estaba lo suficientemente lejos, aceleró el paso hacia su casa.
— ¿Mamá? ¿mamá? — la llamaba algo intranquilo.
— Hijo, ¿Qué sucede? — habló finalmente, tranquilizando al menor.
Llegó a ella y la abrazó. Ahora entendía que sucedía.
— ¿Qué hacemos? — cuestionó sin soltar a su hijo.
— Quizá... podamos ir con los vecinos, con la señora Lim, y quedarnos un rato allí, en lo que se van — dijo Tae ideando algún plan.
