*╔══❖•ೋ° °ೋ•❖══╗*
SINOPSIS
*╚══❖•ೋ° °ೋ•❖══╝*
Desde que tiene memoria siempre ha sido ignorados por todos incluso su propia familia, a excepción de su madre la cual siempre estuvo ahí para él.
La definición de amor era completame...
Al llegar a casa me tire en el sofá sujetando mi cabeza.
—Maldita sea, mi cabeza.— Sentía que me trasladaban el cerebro, era una sensación horrible.
Subí a mi habitación con intención de darme un buen baño tranquilizador.
Me quite mi jersey, los zapatos negros, mis Jeans rasgados y finalmente mis calzoncillos de iron Man...digo, digo. Boxers negros de macho.
Me adentro a la ducha y dejé que el agua corriera por mi cuerpo, relajando mis músculos y aliviando un poco mi dolor de cabeza.
—¡Jungkookie!— La voz de mi madre se escuchó en la planta baja.
—¡Me estoy bañando, ya bajo!—Grité como respuesta.
Después de darme aquella ducha tomé la toalla para sacarme y me puse mi pijama de conejitos. Después de todo no saldría de casa.
Con mi cabello aún goteando baje a saludar a mi mami.
-Hola omma, ¿Como te fue en el trabajo?- Pregunté dejando un beso en su mejilla.
-Muy bien cielo, tengo una gran noticia para ti.- Comentó con una gran sonrisa.
Metió su diestra al bolso de mano que cargaba para trabajar buscando algo.
-¡Aquí esta!- Exclamó mi madre dándome una tarjetita. -Tengo un amigo en mi trabajo. Estuve hablando con el y le comenté que eras un apasionado del baile.-
Oh si, desde pequeño me ha encantado bailar y expresarme por medio de la música. Cuando vine a Seúl dejé mi vieja Academia de baile, eso fue lo único que odie de esta mudanza.
-Y el me dijo que su hermano tenía una Academia y que hablaría con el para que pudieras ingresar. ¡¿Y adivina que?! ¡Mañana empiezas!- Gritó emocionada.
El papel que me había dado tenía una dirección. Estaba tan feliz.
-Dijeron que si gustabas, fueras después de la escuela.- Prosiguió mi madre.
Yo lo único que hice fue lanzarme a ella y llenar su cabeza de besos.
-Eres la mejor mama.- Me sujeto a ella como un koala mientras soltaba chillidos de felicidad.
-Kookie cariño, bájate ya no tienes cinco años, conejo tonto.-
Me separe automáticamente de ella indignado.
-Para tu información, este "conejo" es muy inteligente.-
Mi madre rió y negó con la cabeza yendo a la cocina.
Yo por el contrario subí las escaleras a toda prisa y me encerré en mi habitación para saltar en la cama y gritar de felicidad.
JungKookie, tu conejo dancer osiosi.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
