-Sabes es mal visto que una señorita decente este fuera de su habitación a esta hora- dije mirándolo con burla
-Entonces creo que debería regresar señorita Thompson- dijo frunciendo las cejas y con un tono muy brusco parecía enojado.
-Era solo un chiste Ruggero- lo tomé del hombro tranquilizándolo - y además no me trates de usted puedes por favor tutearme y decirme solo Kar...digo Martha.
-Lo siento Martha pero desde el primer día que volví aquí lo único que han hecho es atormentarme es por eso que estoy estresado- me miró con súplica
-No te preocupes- lo tranquilizo - Ahora dime ¿de qué quieres hablar conmigo?-
Estábamos en el jardín trasero del palacio o bueno uno de muchos....me invito a sentarme a su lado en la banca donde estaba sentado.
-Solo quería charlar con alguien que pudiera escucharme sin señalarme por ser el futuro rey- dijo con un tono sarcástico al final
-Y esa persona ¿soy yo?-
-Acabas de llegar hace 2 días por lo cual no me conoces lo suficiente para cuestionarme o echarme en cara algo que hice en el pasado-
-¿Me debo de ofender?- pregunté sonriendo - seré como tu psicóloga personal ¿acaso?-
-Sabes me he dado cuenta que la mayoría de cosas que salen por tu boca son puras preguntas Martha, respondiendo a tus preguntas no y solo necesito un oído y solo con eso será un gran favor- me sonreía sincero y estresado en sus hombros era notorio la tensión que cargaba.
-Okey seré tu oído por hoy, te escucho- dije burlonamente levantando mis cejas de arriba para abajo
-JAJAJA, okey gracias- por lo menos logré sacarle una pequeña sonrisa pero se quedó callado mirando hacia nuestras manos que estaban recargadas en la banca claro con cierta distancia hasta que habló
-¿Puedo?- me miró , al parecer vio mi cara de confusión -¿Qué si puedo tomar tu mano? no es fácil para mí hablar con nadie, nunca lo hice y ahora es extraño
-Puedes - le sonreí intentando confortarlo aunque si me hubiera o no pedido permiso lo hubiera permitido de todos modos.
Tomó mi mano y la entrelazó con la suya poniéndolas sobre su pierna, sentía esas extrañas cosas en mi estomago y no se sentía como mariposas más bien era un zoológico completo teniendo una fiesta
-No soy una persona perfecta Martha, cometo muchos errores, demasiados que no puedo contarlos, por eso aprecio a los que se quedan conmigo después de todo pero lo peor de todo es que no hay ni siquiera una persona que se haya quedado después que mi padre murió-
-Ruggero no eres el único que comete errores, todos lo hacemos, somos personas normales además algunas personas que te enseñan algo y después se tienen que ir por que ya cumplieron su misión en tu vida-
-Lo sé Martha pero mi lado egoísta nunca quiso que eso pasara, una de esas personas fue Samantha la primera persona que me prometió ayudarme a bajar el sol, la luna y las estrellas mi primera novia y la esposa que mi madre siempre planeó para mí-
-¿Por qué no funcionó?- dije apretando más su mano dándole confianza
-Por que cuando mi padre murió toda la responsabilidad cayó sobre mis hombros y yo no pude con ella, un día cuando le conté a Samantha mi plan de irme, fugarme con ella para vivir nuestra historia, ella me miró y solo se rió en mi cara, se fue yo solo necesitaba un maldito abrazo-recargué mi cabeza en su hombro
-Un día después me enteré que se había besado con mi primo John y que habían comenzado una relación eso me dolió como no tienes una idea, ese día tomé la decisión de irme y así lo hice nunca nadie me llamó ni nada por el estilo-
-Que zorra- dije con asco
Ruggero giró a verme con una sonrisa burlona y las cejas levantadas me pareció extraño que me mirará así hasta que me dí cuenta de mi error y abrí los ojos
-Yo lo siento, no pensé mis palabras- dije rápidamente
-Vaya Martha que vocabulario, no tienes que disculparte tranquila además te digo algo-me seguía mirando y estábamos muy cerca, asentí- tienes razón-
Eso me causó mucha risa y los dos rompimos en risas, era un escenario demasiado romántico 2 chicos con sus manos entrelazadas, riendo a las 2 o 3 de la madrugada, ese pensamiento me hizo sonreír como tonta.
Bostecé y se lo pegue a Ruggero, sonreímos.
-Me parece que es suficiente por hoy, si no nos vamos a descansar ahora, nos dormiremos aquí y moriremos de hipotermia- se levantó y me jaló comenzamos a caminar pero me dí cuenta que nuestras manos seguían entrelazadas.
-Emmm Ruggero ...nuestras manos - él me miró con confusión, miró a nuestras manos y sonrió
-Se ven bien - respondió burlón y me guiño el ojo
Un escalofrío me recorrió por el frío que había ya que no traía algo que me cubriera, Ruggero lo notó y paró de caminar soltando un momento mi mano para quitarse su chaqueta y me la puso sobre mis hombros para volver a tomar mi mano entrelazándolas.
-Gracias- sonreí tímidamente
-No hay de que linda- me abrazó por los hombros, dándome aún más calor y esa sensación era nueva para mí y me sentía por las nubes, solo me preocupaba cuanto dolería la caída.
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Tutora de la princesa.....?
RomanceKarol Sevilla una joven curiosa y que daría lo que fuera para conseguir un ascenso en su trabajo le otorgan un caso que debe cubrir viajando hasta Berslovenia y que le daría la oportunidad de cumplir su sueño pero ¿Qué podría pasar ? Lo único que ti...