Capitulo 4

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Capítulo 4

Dante

Dos días después estoy dejando mi mochila militar y una pequeña maleta en la habitación de Katherine, no es una pequeña habitación, tiene una cama grande y junto a esta está la cuna de Lucían con varios juguetes y ropitas, tiene su propio baño y unos grandes ventanales con cortinas desde donde se puede ver todo lo largo del rancho.

Unos minutos antes Katherine y yo nos reunimos con Claudia, Rosa y Roger, notificándole que su familia vendría y que desde ese momento yo fungiría como su pareja, padre de Lucían y ayudante directo de Roger.

-Yo siento que te estoy pidiendo mucho – dice ella detrás de mí.

-Y yo siento que invado tu privacidad – le contesto, porque así me siento.

- Dante, prometo que recompensare el sacrificio.

-No entiendes Kath, no es un sacrificio, es más una tentación constante el tenerte tan cerca, mas sabiendo que dormiremos en la misma habitación.

- ¿Entonces que sugieres? – pregunta ella entrando a la habitación y parándose frente al ventanal.

-Quiero besarte

-No eres mi esposo para hacerlo- dice ella sonriendo.

-Pero si el padre de Lucían – digo siguiendo la broma. – Pondré un anillo en tu dedo para que sea más creíble a tu familia.

-La abuela dejo su anillo para mí cuando me comprometiera. – va a una pequeña caja, saca un anillo y me lo ofrece. - ¿Está bien para ti?

-Para mí, yo solo busco una excusa para besarte. – le digo colocando el anillo en su dedo y toco su rostro. – Prometo que no seré tan mal hombre, padre y esposo falsos.

-Sé que no lo serás, no sé por qué, pero simplemente sé que no puedo tener a alguien mejor para este engaño.

-No me lo tomare como un engaño, por lo cual solo te digo que aprovechare para besarte cada vez que pueda. – la veo asentir y remojar sus labios con su lengua, y en ese instante lo perdí.

Perdí cada control en mi cuerpo, tomo su rostro y me acerco a ella lo suficiente para rosarnos en los lugares perfectos, especialmente nuestras bocas. Mis labios no pierden tiempo para llegar a los suyos y saborearlos. Sabe a menta y coco, me encanta el sabor de ella, siento sus manos en mi cuello y no me deja alejarme, tampoco es que quiero hacerlo.

-No sé si es estúpido pedirte que llevemos las cosas con calma. - dice en voz baja.

-No pasara nada que no quieras Katherine. Pero no evitare besarte o abrazarte cada vez que pueda. Al igual que no evitare tomar a Lucían en brazos, hacerla dormir o ayudarte con sus cosas.

-De acuerdo, si es lo que quieres.

-Lo quiero. – digo pegándola a mi cuerpo, abrazándola. – ¿Cuándo llegaran tus padres?

-Según Karl, el próximo viernes junto a mi hermana menor, Karl llegara el domingo.

-De acuerdo, tenemos casi dos semanas para prepararnos, hablare con Roger para empezar mis labores en el rancho, en la noche acomodare mis cosas.

-Moveré varias de mis cosas para que se te haga más sencillo. ¿Quieres que te haga el recorrido por el rancho?

-No, quedamos que aprovecharas a descansar mientras yo me hago cargo de las cosas, estarás más tiempo con la niña y que te encargarías de la administración y contabilidad. – Ese fue el trato que llegamos, por petición mía, Erick me había contado que ella era la que se encargaba de los campos, incluso a los pocos días de haber dado a luz a Lucían.

-Entonces nos vemos en la cena. -dice y siento el mayor de los sosiegos, es ella quien me besa cuando se despide de mí.

Katherine (Kath)

Saque mucha de la ropa que no utilizaba hace mucho tiempo, o la que utilizaba cuando estaba embarazada para hacerle espacio a Dante a que colocara sus cosas, no eran muchas, pero servirían. ¿Estoy nerviosa? Claro que estoy aterrada, no nerviosa, el simplemente no ha dejado que nada se pase por alto. Decidimos que se mudaría rápido para que nos diera tiempo de acoplarnos a estar juntos y no se viera la tensión entre nosotros.

Me ha dejado claro que no sería un juego o una falsa totalmente, cuando me dijo que él estaba tratando de estabilizarse para pedirme que saliera con él, la emoción que sentir en mi estómago fue algo que nunca había sentido, ni siquiera con Richard. Estuve cerca de tres horas en mi habitación, Claudia se estaba encargando de Lucían mientras yo arreglaba y modificaba la habitación, Rosa me ayudaba a sacar muchas de las cosas, pero en ese momento siento que mis senos quieren explotar, ya que es hora de que Lucia coma.

Al bajar veo a Claudia limpiando la sala, pero no a mi hija voy a preguntar, pero las carcajadas de mi hija me llaman la atención. Cuando salgo en silencio al balcón veo a Dante con ella sobre sus rodillas observándolo a él, mientras le hace cosquillas en la panza y mi hija se vacía de la risa. Siento a Roger a mi lado por su olor a madera y tabaco.

-Hicimos el recorrido y pidió que viniéramos, que mañana temprano empezaría las tareas. – me die y luego besa mi frente. – Esto me huele a una estabilidad en este Rancho. – dice y luego se va, dejándome, viendo como Dante le hablaba a Lucían y ella lo observa como si supiera que está diciendo.

-Bueno preciosa, me veras más seguido, no quiero que te sientas extraña ni nada, de acuerdo. Prometo que haré todo lo que este en mi poder para que todo salga bien. Tus abuelos no saben que existes, pero no es malo, mamá te quería para ella solita, pero ahora tiene que compartirte conmigo y pronto con tus abuelos y tíos.

-Así que ahora tienes conversaciones secretas con ella- le digo llamando su atención y mi hija empieza a removerse buscando mi voz.

-Tranquila señorita ella no se ira – le dice a Lucían y la coloca en su pecho. Me siento a su lado y empiezo a quitar los botones de mi blusa para poder acomodar a Lucían después, tenía una pequeña sabana para tapar mi seno, pero no para darle calor a mi niña. – Esto no me ayuda, Lucían, tu madre le gusta tentar mi control. – le dice mientras la besa y la pasa a mis brazos y yo la acomodo y ella se pega a mi seno. La coloco en posición y tapo su rostro para que coma tranquila, y para yo sentir que me queda algo de pudor.

- Así que tu familia llegara el próximo viernes, ¿sabemos la hora? – pregunta caminando hacia la baranda.

-No tengo idea, Karl no supo decirme a qué hora llegaban o si tenía que ir por ellos, pero imagino que no, ya que no avisaron. – me quedo observándolo, y realmente deseo haberlo conocido antes, habernos hecho la vida más sencilla para ambos, tal vez para este momento estuviéramos casados, dos o tres niños corriendo por todo el rancho, él hubiera seguido con su carrera en infantería.

- ¿Qué piensas? – me observa y no dudo en contestar con la verdad, no quiero secretos, tampoco me gusta ocultar las cosas.

-Pensaba en como hubiese sido nuestras vidas si nos hubiéramos conocido antes. Tal vez estaríamos casados, con varios hijos corriendo por aquí, tu estuvieras aun en infantería y yo siendo la esposa y ama de casa de un prominente oficial. – veo como me da una sonrisa de lado y luego se vuelve a sentar a mi lado.

-Pero tal vez si nos hubiéramos conocido antes no estaríamos juntos ahora, tal vez no te hubiera gustado o tu a mí. – dice besando mi mejilla.

-Tienes razón, es mejor dejar de pensar en el quizás y pensar en lo que pasara.

-Iré a darme un baño y luego te veo para cenar. – dice volviendo a besarme.

-De acuerdo. 

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BESOS DESDE PUERTO RICO 

Luz de EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora