7. Morfeo

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He despertado cerca de un bosque cerca de una autopista, veo a un auto que va una velocidad no muy alta que se aproxima hacia una curva, de repente algo entre aquel cielo despejado ha surgido una luz tan intensa, como un flash enorme y segador

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He despertado cerca de un bosque cerca de una autopista, veo a un auto que va una velocidad no muy alta que se aproxima hacia una curva, de repente algo entre aquel cielo despejado ha surgido una luz tan intensa, como un flash enorme y segador. Desde aquí puedo ver como el auto se sale del camino, pues el conductor fue segado inmediatamente por tan destello y a la velocidad que iba no le permitió frenar antes de salirse del camino y rodar el auto entre una colina empinada entre los árboles.

Era tanta mi impotencia por querer detenerlo, que corrí rápidamente hacia el auto, esperando que pudiera hacer algo por aquellos pasajeros, corrí lo más rápido que pude tropezando dos veces en el camino, y en cuestión de minutos ahí estaba yo enfrente de aquel auto, se podría ver una dama de cabello rizado y castaño, con la cara ensangrentada por el accidente, junto a su esposo un hombre de cabello cano, si eran mis padres ya sin vida en aquel automóvil, al ver en el asiento trasero me encontraba tal como recordaba acostado con una fuerte cortada en la frente y con el labio roto. Después de eso ya no veía el auto desde el exterior si de nuevo era aquel joven de 15 años despertando después del accidente, la primera vez que desperté en la oscuridad, aturdido y aun dentro de aquel auto solo lograba escuchar las mancillas del reloj de mi padre, gritar fue en vano para despertarlos pero si para alertar a un conductor que pasaba cerca del lugar del accidente.

Después de aquel cruel sueño el cual hizo revivir a Matías el día que perdió a sus padres, despertó abruptamente de un salto, su cuerpo estaba transpirando por la adrenalina que le ocasiono el sueño, y tras respirar y calmarse un poco se levantó a cambiarse aquella pijama mojada por el sudor. Se sentó por un momento al pie de la ventana en un pequeño sillón que tenía su habitación y abrió un poco la ventana, se sintió un tonto al ver reaccionado así el día anterior, no es que le afectara tanto que el obsequio fuera aun reloj analógico y con esto sintiera una burla ante su desgracia, pero el detonante de aquel llanto fue que aquel sonido que producía aquella maquina infernal era idéntico al sonido que producía el reloj de su padre aquella tarde que hizo aún más difícil contener el llanto desconsoladamente, recordó que durante su llanto mientras levantaba la cabeza con ira se atrevió a reclamar a dios en su pensamiento del por qué le había puesto esta prueba tan difícil en su camino y lo demás de esa tarde ya lo sabemos.

Al meditar por un rato Matías decidió volver a la cama, sin antes acordarse del otro obsequio, una flores amarillas, era su color favorito de niño al colorear, no pudo evitar llevar su mano a sus labios acariciándolos y con un leve suspiro y murmuro menciono el nombre de Ariel, dibujando una sonrisa en su rostro desapareciendo hasta conciliar el sueño de aquella noche.


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