2. Cadejos

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7 de abril 2020

Ciudad de México, un joven corría desesperada mente por sus calles centrales a la mitad de la noche ya que este era perseguido por dos voraces perros, uno de color blanco y uno negro, los dos caninos tenían un tamaño inigualable, y a pesar de que el joven huía con todas sus fuerzas, parecía ser inútil tratar de escapar ya que aquellas temibles bestias que seguían muy de cerca aquel joven y al no encontrar escapatoria decidió dirigirse lo más rápido que pudo a la catedral mayor en el centro de la Ciudad, entre las calles se escuchaba nada más a las bestias aullar excitados por devorar aquella frágil presa que se habían encontrado en su camino. El joven se negaba a ser atrapado, pero por desgracia tropezó fue ahí donde aquellos carnívoros animales iban a saltar sobre él.

Pero para la fortuna de aquel joven ha sonado el despertador y a pesar de despertar muy exaltado regreso a una posición cómoda en la cama, se encontraba aun con mucho sueño a causa de la pesadilla que tuvo esta madrugada. En verdad sentía un poco de pereza por levantarse de la cama tan temprano, pero seguramente Rodrigo un chico encantador, de piel trigueña, castaño, ojos verdes y pequeños, con una sonrisa encantadora vendría pronto por él, Rodrigo era el asistente y amigo de Matías, su labor con él era inigualable siempre estaba al pendiente de sus actividades y sin él no hubiera podido llegar tan rápido algunas metas que tenía contempladas.

 En verdad sentía un poco de pereza por levantarse de la cama tan temprano, pero seguramente Rodrigo un chico encantador, de piel trigueña, castaño, ojos verdes y pequeños, con una sonrisa encantadora vendría pronto por él, Rodrigo era el asistent...

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Matías.

Rodrigo llego a mi vida hace tres años casi después de que me graduarme como Comunicólogo y estuvo presente en momentos difíciles, como cuando tuvimos que enfrentar la perdida de mi querido abuelo hace dos años. Mis abuelos se han encargado de mí desde ese trágico accidente donde yo lamentablemente perdí algo más que la vista, Dios decidió llamar a mis padres a su lado dejándome a mí aquí en la tierra y siendo hijo único me sentía muy solo en aquel momento, fue uno de los sucesos terribles y dolorosos para mí y que con tan solo 15 años de vida, sin mis abuelos estaría posiblemente perdido, loco o en los peores de los escenarios tal vez ya no viviría, por eso es que les agradezco y les quiero tanto.

Pero bueno no siempre la vida va a ser perfecta y nos obliga a evolucionar poco a poco, pese las tempestades que se han presentado en mi camino también agradezco a Dios que cuento con grandes bendiciones, afortunada mente tenemos una posición económica alta, suficientemente sólida como para vivir cómodamente en Polanco, la cual es una de las zonas más exclusivas de la Ciudad de México.

Al igual que he desarrollado más mis sentidos para vivir los mejor que pueda en mi entorno y crecer como persona, esto lo tomo como un consuelo por la discapacidad que me aqueja, el tacto, el gusto y el olfato se han agudizado muchísimo más, no voy a negar que extraño ver los colores, el rostro de las personas e incluso siempre tengo la curiosidad de saber cómo es físicamente personas como Rodrigo, mis nuevos compañeros o bien el nuevo look trae mi abuela ahora mismo, ya que siempre ha sido una mujer femenina y vanidosa y que cambiaba constante mente su aspecto. Pero creo que lo que más extraño es poder visualizar es a la naturaleza, aquella que me trae tanta paz incluso estando solamente en el jardín de la casa, donde don Pedro, un hombre bonachón, ahora ya algo grande de edad y regordete quien es el jardinero en nuestro hogar desde que tengo memoria, es un ser mágico con las plantas y árboles puesto que siempre ha mantenido al jardín siempre limpio y hermoso.

Más allá de lo visibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora