Prologo

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La aldea de Konoha, una utopía de buenas costumbres y valores, llena de bondad y grandes líderes, un hermoso lugar para vivir ¿No? Pues se equivocan, siendo realistas no lo es, dejando de lado un zorro demonio que casi destruye la aldea entera hacía 10 años, en Konoha había varias mafias, corrupción (Demasiado obvia por cierto), un pésimo líder militar, una notoria discriminación, un científico serpiente pedófilo que se rumorea hace experimentos inhumanos en niños, ah y cierto aire previo a una guerra civil.

Konoha se podía dividir en dos sectores importantes, los barrios altos donde se asentaban los negocios "respetables", los complejos de la gran mayoría de clanes, las oficinas gubernamentales, las escuelas, los hospitales, museos, librerías, ya se pueden ir haciendo a una idea ¿Verdad?, y la otra parte era el barrio rojo o barrio bajo en los que podías encontrar negocios de "dudosa" ética y moral, entre las muchas cosas que ocurrían allí era que la Yakuza, Tríadas o Mafias hacían sus negocios más obvios, que podías encontrar prostitutas y prostitutos casi en cada paso, mucha venta y contrabando de diferentes drogas, un nuevo asesinato cada mañana, bares de mala muerte, complejos de los clanes bajos u olvidados, además de que se rumoraba la posibilidad del esclavismo, si, no era el mejor lugar para vivir.

Aunque nuestra historia empieza en una de las calles del barrio bajo, un chico de cabellos rojos con puntas negras caminaba tranquilo entre las personas hasta llegar a un callejón entrando sin temor alguno, al estar frente a una puerta negra con un dragón tallado tocó la puerta tres veces con cierto ritmo, el chico solo debió esperar unos pocos segundos antes de que la puerta fuera abierta por un hombre que vestía unos pantalones holgados blancos y una camisa china negra.

— Hola Naruto ¿Cómo te fue hoy en la academia el día de hoy? —Preguntó el hombre sonriéndole amable.

— Tan bien como se puede señor Yin, niños mimados fastidiando cada tanto pero se les debe aguantar —Declaró el chico con un gesto relajado.

— Me alegra, supongo que viniste por una entrega ¿Me equivoco? —Cuestionó acomodando su coleta, Naruto solo le sonrió, Yin Kuromaru era uno de los hombres importantes de la tríada con la que Naruto trabajaba ocasionalmente.

— Si, el señor Yokohama me pidió que le trajera unas cosas —El chico se arremangó la manga de su chamarra negra revelando un sello, Naruto solo hizo un sello de mano y en una nube de humo apareció un maletín negro, Yin agarró el maletín antes de hacerle señas para que entrara en el edificio.

No era la primera vez que Naruto entraba al negocio supuestamente legal del señor Kuromaru, él dirigía un bar de strippers que era utilizado por las tríadas para pasarse las diferentes mercancías con las que traficaban, pero la parte trasera del edificio tenía una pequeña cocina donde se podían ver diferentes pantallas que grababan en vivo lo que ocurría en el negocio, Kuromaru abrió el maletín sonriendo ante el contenido.

— ¿Seguro que no quieres saber que me traes? —Preguntó el hombre a lo que el pelirrojo tuvo un momento de duda, Naruto llevaba desde los siete años trabajando para las diferentes organizaciones poco legales que se escondían en los barrios bajos, pero normalmente hacía a la vista gorda sobre lo que transportaba, pero sí quería tener mejores conexiones dentro del bajo mundo debería ser un poco más arriesgado.

— Quiero saber, para saber sí me están pagando bien por llevarlo o debo pedir un aumento —Aceptó, Kuromaru volteó el maletín para que pudiera observar lo que había dentro, Naruto necesito solo un segundo para saber que era, cocaína— Entonces creo que el pago es decente, no me quejare —Concluyó tranquilo.

— ¿El pago habitual? —Preguntó sonriendo divertido.

— No, lo lamento pero esta vez debo pedir el pago en pasta, Madre Olga se está quejando de mis pocas contribuciones al orfanato —Se disculpó extendiendo la mano.

Naruto el Uzumaki ConquistadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora