Capítulo 13

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-¿Todo bien señor?- Me pregunta el agente de seguridad- ¿Necesita ayuda para abrir su camarote?

-No se preocupe, todo está bien. Es que creí que éste era mi camarote... Aunque sabe qué, creo que olvidé mi número de camarote, ¿hay manera de que me ayude con eso? -

-Claro que si señor. Necesitaré su número de identificación o pasaporte y con gusto verificaré la información.-

-La verdad, se me extravió mi tarjeta también. Lo lamento.-

-No se preocupe señor, le sorprendería saber con cuanta frecuencia sucede lo mismo. Si me acompaña, le daré una tarjeta nueva.-

-Muchas gracias.- 

Después de haber completado el proceso para una nueva tarjeta, que por cierto me costó cincuenta dólares, para poder abrir la puerta de mi camarote, salgo un rato a la proa del crucero, la verdad necesito paz. No me siento de ánimos para más peleas. -Oh! Ya zarpamos.-

Veo la hora en la pantalla del celular, veo el fondo de pantalla donde estamos Cynthia y yo.

-Oh! tengo dos mensajes de voz, los escucharé luego.- Respiro profundo. -Creo que ya llevo mucho tiempo aquí, aunque no quiero volver a hablar con Cynthia. Ya no soporto verla a la cara. Pero no tengo de otra. Ojalá este viaje termine pronto para poder llegar a casa.-

Camino hasta el camarote. Creo que debo enfrentar a Cynthia y acabar con esto de una vez por todas. Hago una pausa frente a la puerta, tratando de prepararme psicológicamente para cualquier argumento de Cynthia.

Abro la puerta, la luz está encendida, escucho la regadera. Dejo mi billetera en la mesita de noche, me recuesto en la cama y saco mi celular del bolsillo para ver la hora. 

Aprovecho el momento y abro la galería de fotos y me pongo a ver con cada foto el tiempo que invertí en una relación que no sirvió de nada. Una relación que solo me ha dado problemas y me ha dejado un sabor amargo.

Con cada foto que veo me pregunto "En qué mierda estabas pensando Jack".

Creo que muy en el fondo ya sabía que esto no terminaría bien, y con cada foto que veo me tomo mi tiempo para borrarlas... una a una. Es justo el momento para empezar de cero.

Creo que ya he borrado casi 180 fotos, Cinthya sigue en la ducha. 

-Cynthia, ya estoy aquí. Necesito hablar contigo, podrías apresurarte un poco por favor- Levanto un poco la voz para que me escuche.  

Me inquieta el ícono en la pantalla del celular, el buzón de voz de los mensajes pendientes por revisar.

Borraré algunas fotos más mientras que Cynthia sigue en la ducha. Aunque estoy uno poco enfadado estoy dispuesto a terminar con esto hoy.

Otra vez la notificación de los mensajes de voz, los escucharé. Marco el número del buzón de voz.

Voz femenina en el teléfono:

"Gracias por llamar a su buzón de voz, tiene 2 mensaje nuevos. Primer mensaje nuevo: 

Voz quebrantada: -Jack,  lamento que todo haya terminado así. Me diste muchas oportunidades para enmendar las cosas después de mis infidelidades pero, una vez que empecé no pude detenerme. Me diste todo lo que te pedí y muy en el fondo esperaba que en algún momento me dijeras que no, pero nunca lo hiciste. Yo estoy así por culpa tuya. Me mal acostumbraste a una vida de lujos y placeres para luego desaparecer. Siempre estaba sola, sin nadie a quien poder lucir toda esa lencería que me comprabas. Creo que no te merezco, y tú deberías estar con alguien mejor que yo, así que no seré más un estorbo para ti, me voy de tu vida..."-

Miro la puerta del baño... Me levanto de la cama y toco la puerta.

Toc! Toc! Toc!... ¿Cynthia estás ahí?

Intento abrir la puerta pero tiene seguro puesto desde adentro.

Cynthia ábreme la puerta por favor, tengo que hablar contigo. Toc! Toc! Toc!... sigo golpeando la puerta.

-¿Cynthia?!... - Sin esperar más, tomo impulso y derribo la puerta de una patada. 

Ahí está ella. Tirada en el suelo, inconsciente. Con un frasco de antibióticos Trimetoprima ya casi vacío y una botella de whisky a la mitad en la otra mano.

-¡No no no no, Cynthia estúpida que hiciste!! - Verifico su pulso, se siente débil, al igual que su respiración, la tomo en mis brazos y la saco del baño de inmediato. Tomo el teléfono y llamo a la enfermería. -Ayuda por favor, mi esposa está inconsciente, creo que está intoxicada con unos antibióticos.-

-¡Vamos de inmediato!- dice la voz al teléfono.

Creo que han sido los 3 minutos más largos de todo el viaje. Llegaron los paramédicos gracias a Dios.

Al parecer está muy afectada, si pulso está bajo y está respirando con dificultad. Su presión arterial está por el suelo tenemos que intervenir de inmediato...

¿Será éste el fin?, ¿Todo terminará así? - Me pregunto una y otra vez, mientras que los paramédicos hacen la intervención.

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Aurora - La Reina del SoleilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora