Prólogo

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Hacía ya unos 20 años que había empezado la llamada "crisis del agua". Vivíamos en un mundo donde el problema no era el agua, sino la falta de agua limpia. Millones de personas morían cada tres meses a causa de enfermedades trasmitidas por el agua de las fuentes insalubres; algunos elegían tener fe en que seguía existiendo la caridad y se dedicaban a pedir durante horas por las calles, para apenas conseguir un sorbo o dos; otros trataban de sobrevivir de la peor de las maneras; y yo, simplemente hacía lo que mejor sabía hacer para quitarles a otros lo que yo, por mi cuenta, no podía conseguir.


Cada vez teníamos menos acceso a las fuentes de agua dulce, estas escaseaban y aquellos que tenían acceso lo restringían para su uso privado, creando así una nueva sociedad dividida por lo mismo que la anterior; solo que esta vez aquello que nos dividía no era el dinero, sino el agua.

Este era y es el recurso natural más importante para la humanidad y este tan solo era el inicio de su desaparición.


Los seres humanos somos tan egoístas que no nos empezamos a preocupar hasta que empezó a afectarnos directamente. Hace años que empezó pero no se sabe cuándo acabará, o quizás moriremos todos nosotros antes de que podamos ver el final.


Ahora, el saber es poder, el tiempo es oro y el agua lo es todo.

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