Capítulo 10

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13 14:00 30 Dora

Desde que había llegado no habíamos hecho nada más que discutir. Mejor dicho, él chillaba y yo escuchaba.

 - Nos costó mucho pagar tu deuda con Saúl ¿y ahora haces esto? - Sonaba irritado, furioso y cansado de repetir lo mismo - ¿Le tiendes la mano a ese hijo de puta? ¿Qué se te pasó por la cabeza? ¿En qué momento pensaste que era una buena idea? - Mientras discutíamos no paraba de dar vueltas en la antigua oficina - Espera... - Se detuvo. Miró hacia el techo y se frotó la frente decepcionado al darse cuenta de algo - Ahora lo entiendo - Se giró hacia mí y señaló la puerta - A veces pienso que Ángel te está absorbiendo el cerebro. Porque fue él ¿verdad? Fue idea suya ¿No? - Preguntó a pesar de saber la respuesta - ¡Atrévete a negarlo! - Exigió endureciendo la mirada.

Aníbal siempre conseguía hacerme sentir insignificante. Le encantaba que dudara de mí para que dependiera de él. Hacía mucho que había asumido el rol de padre y madre. Ahora se empeñaba en sobreprotegerme sin darse cuenta de que en realidad llevaba tiempo en su jaula. Por ello había accedido al plan de Ángel. No por él sino por mí.

 - Aunque te niegues a aceptarlo soy capaz de tomar mis propias decisiones - Dije convencida.

 - En ese caso, creo que hubiese preferido que todo esto fuera culpa de Ángel - Sentí la decepción de su mirada.

Si él atacaba yo haría lo mismo. Estaba harta de ser siempre la débil. Mi hermano se equivocaba. Yo podía llegar a ser mucho mejor que él.

 - ¿No será que lo envidias? - Sabía que aquello le jodería así que seguí - Déjalo a un lado. No podemos hablar sin que lo nombres.

 - ¡Esto ya si que es el colmo! - Resopló riendo agriamente - ¡No envidio a ese tío! Simplemente no pienso quedarme mirando mientras te arruina la vida.

 - ¡Eres tú el único que me la arruina! - Al decir aquello fue como quitarme un peso de encima. Tocado y hundido hermano - ¡Déjame vivir mi vida! Ya no soy una niña. Tengo 23 años Aníbal.

Hubo silencio. Sus ojos intentaron mantenerse firmes, pero vi una pizca de dolor que le fue imposible de ocultar. Se echó el pelo hacia atrás sin dejar de mirarme. Tiró levemente de su simple camiseta gris antes de dirigirse hacia la puerta.

 - Haz lo que quieras - Dijo en un tono de voz amenazante - pero quiero a la chapiadora fuera del terreno de juego. ¡Ya! Y procura sacarla antes de que sea demasiado tarde.

13 14:50 22 Arena

Entré en su despacho tras tocar dos veces a la puerta.

 - Ayer fue todo perfecto, mejor de lo previsto incluso - Dije antes de sentarme en uno de los dos sillones situados en frente de su mesa.

 - Sabía que lo harías genial.

Sacó de uno de sus cajones una pequeña caja alargada y la dejó delante de mí.

 - ¿Qué es?

 - Un regalo. Si vas a ser una de ellos deberás parecerlo ¿no crees?

Sonreí al ver un aparato rectangular fino. Era transparente pero no era tan frágil como el cristal, rígido pero flexible.

 - Es un móvil, todos ellos tienen uno. Me ha costado mucho conseguir uno como este así que cuídalo. He memorizado mi número, pero ahora es tu turno. Esto te facilitará el contacto con ellos.

 - Muchas gracias Saúl. Lo cuidaré, descuida - Metí de nuevo el móvil en la caja y lo dejé sobre la mesa para encenderme un cigarro - Hoy hay una reunión de inversores.

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⏰ Última actualización: Jul 27, 2020 ⏰

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