El calor de Miami se hacía más fuerte con el pasar de los minutos, abrí mis ojos y con mi mirada busque a zayn, ahí estaba el recostado y los ojos cerrados, al parecer se había levantado temprano. Yo por mi parte salí de la cama y camine hasta el baño, para lavar mi boca y rostro. Al regresar él tenía sus ojos abiertos, su mirada era seria y su mandíbula estaba tensa.
— Buenos días amor—bese su mejilla y luego le brinde una sonrisa.
— Buenos días bella gacela—respondió. Pero tenía algo de seriedad, lo conocía perfectamente.
— ¿Cómo amaneces?—pregunte, y luego me senté a su lado, el me rodeo con un brazo y me apego a él.
— después de que despierte contigo todos los días, amaneceré bien—contesto
— Zayn eres tan dulce
— Luces tan hermosa —mascullo
— gracias cariño igual tu—conteste
— sabes, es temprano y pues, podemos hacer muchas cosas—sonrió con malicia y yo tenía en claro sus intenciones.
— Puede ser—solté una pequeña risa.
Y fue ahí cuando cambio la situación, sus besos eran como una droga para mí, sus caricias aún seguían siendo fuego vivo que hacía que mi cuerpo se estremeciera, pero el momento se vio interrumpido cuando la puerta del cuarto fue golpeada un par de veces.
— Mamá tengo hambre—grito Axel del otro lado.
Me levante, acomode mi pijama mientras tenía la mirada de Zayn clavada en cada rincón de mi cuerpo. Abrí la puerta y ahí estaba ese pequeño niño, no podía decir que se parecía a mi... todo ellos tenían algo de Zayn que los distinguían como sus hijos, la único que heredo color de ojos fue Ariel, tal cual como los de mi papá.
— ¿aja tu que ve? ¿Por qué tú no has desayunado?—pregunten en español. Con ellos yo solía hablar en español, mientras que Zayn les hablaba en árabe. Era algo confuso, puesto que Zayn solo sabía algunas cosas en español, y de vez en cuando entendía, mientras que yo no sabía casi nada de árabe.
— mami, Cecilia llamo y dijo que no vendría hoy dijo que un familiar se había muerto, algo así, yo no sé muy bien—explico este.
— sabes que en la nevera hay de todo, y que hoy es sábado por lo tanto tu vava1 y yo no levantamos tarde—me queje. Pues habíamos tenido una semana agotadora y yo solo quería dormir.
— Pero yo tengo hambre—replico este.
— pero tu madre y yo no levantamos tarde lo sábados—grito Zayn desde adentro.
— pero aún sigo con hambre—reprocho el pequeño.
— Está bien ya hare el desayuno, dios mío solo dame paciencia—accedí, no había de otra.
Salí se cuarto y baje hasta la concina, tome unas cuantas cosas y prepare sándwiches cubanos, cuando yo cocinaba era solo comidas latinas, cosas así como el cayeye2, o arepas3. Pero ahora sería Algo rápido para calmar a las bestias hambrientas de la casa.
Después de preparar tres sándwiches para cada uno era la hora de llamarlos.
— Familia la mesa está servida— grite a todo pulmón.
Después de unos segundos, Axel bajo corriendo y se sentó en la mesa a devorar su desayuno, mientras que Ariel bajo a paso lento y bostezaba cuantas veces su cuerpo se lo permitiera.
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El regreso del Príncipe Árabe [Z.M.]
أدب الهواةEs necesario que leas el príncipe árabe, para poder entender esta novela. Todos los derechos reservados. Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la re...