Capitulo 6

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Seguía hablando con las mujeres, hasta que Zayn llego con Rashid, ambos se hacían señas y hablaban en árabe, no entendía ni un término, este idioma se me era difícil de aprender.

— sabemos dónde está Ariel—dijo Zayn. Pero había algo raro en él, su mirada era sombría.

— ¿Qué? ¿En dónde y quien la tiene?—demande desesperada.

— sí, es más ya mismo vamos por ella, hay un colega que nos quiere ver—comento Rashid.

— Muchas gracias Rashid, de verdad te agradezco que nos ayudes—espete.

— no es nada, Zayn es como un hermano para mí y estoy dispuesto a hacer eso—contesto el hombre.

Seguimos las indicaciones de Rashid, salimos de su casa y regresamos a los autos. Zayn por todo el camino a mirar por la ventana, además de que su respiración era pesada. Mientras que yo por alguna sentía mi cabeza palpitar y mis manos sudaban, estaba nerviosa. Un nudo en mi estómago se hacía presente y de un momento a otro quería vomitar todo lo que había comido en la mañana, tenía nauseas, y las sentía más crueles que las de mi tercer embarazo.

La ciudad desapareció a medida de que el carro avanzaba. Entramos como a una especie de comunas1 o algo por el estilo. Se veían deterioradas, y parecía que la gente que estuviera ahí se hubiera esfumado. Todo era árido y el resplandor del sol azotaba sus techos.

El carro se detuvo, y Zayn apretó sus puños, sabía que habíamos llegado y que todo esto se revolucionaria. Su mirada era de enojo y sus sienes se apretaban una y otra vez.

— La traeré de regreso—murmuro.

— Sé que lo harás y nada me hace dudarlo—alenté, eran tantas emociones al mismo tiempo que ya empezaba a sentir el efecto en mi estómago.

— Pase lo que pase no salgas del auto, esta parte es peligrosa— advirtió.

— Está bien Zayn—conteste.

— Prométemelo gacela— pidió.

— No saldré de auto Zayn, no lo hare—farfulle.

— Solo prométemelo—insistió.

— Te lo prometo Zayn—sonreí.

— Gacela—gruño e hizo un puchero.

— Está bien, te lo prometo amor.

— Mucho mejor—abrió la puerta del carro, luego la cerro rápidamente y lo perdí de vista.

Baje la ventana del auto la curiosidad me traicionaría, pero si lo hacia Zayn de seguro me regañaría y me daría un sermón del Corán y me hablaría en árabe y miles de cosas más. Pero algo en mi interior picaba, era como si una fuerza me obligara a mover mis pies. Y así fue.

Con cautela abrí la puerta del carro y me baje para luego cerrarla, el calor se hizo presente, y de mi frente empezaron a resbalar pequeñas gotas de sudor; sentía mi blusa mojada en varias partes, y el jean que tenía puesto me fastidiaba.

Frente a mi había una puerta de madera, remendada con parches de caucho y clavos de acero, tenía varias aberturas y aproveche una de estas para mirar. Detrás de la puerta había un pasillo, y se escuchaba un pobre bullicio en el que la voz de Zayn resaltaba. Vuelve y juega la maldita curiosidad.

Abrí la puerta sin causar mucho ruido y me adentre en el pasillo, su luz era tenue. Al entrar que quede en tal parte de que no me no me pudieran ver. Había varios hombres y Zayn junto con Rashid estaba en frente de ellos. Pero lo más sorprendente era que Zayn tenía un arma y le apuntaba a uno de ellos, mientras lo amenazaba, había aprendido algunos insultos y maldiciones que Zayn me había enseñado ya ahora las entendía claramente. Él las estaba utilizando:

El regreso del Príncipe Árabe [Z.M.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora