Llegamos hasta la zona costera, donde las olas azotaban la orilla, la brisa era fría, y ahí estaban los soldados, al ver que Zayn se bajó del auto ellos se enderezaron y se mantuvieron firmes, luego me baje yo. Seguí a Zayn y me posicione a su lado.
— ¿Dónde está el rastro?—pregunto Zayn con seriedad.
— Príncipe Zayn encontramos esto—Un joven solado se acercó a Zayn y le entrego una bolsita.
— ¿Cómo saben que es de mi hija?—inquirió.
— Ábrala y usted mismo se dará cuenta—respondió el joven.
Zayn abrió la bolsa y ella encontró la cadena de oro que él le dio meses después de que nació, la cual tenía su inicial. Aparte de eso había un mechón de cabello negro, el mundo se me fue ¿y si la estaban torturando? ¿Y si la habían tocado? Yo me imagine miles de situaciones en mi cabeza.
— ¿qué otra cosa encontraron?—apretó tanto sus dientes que automáticamente su facciones se endurecieron.
— su hija le ha dejado una pista, en la arena, pero está en inglés y otra parte español y ninguno de los hombre ha podido traducir—conto.
— está bien, ¿dónde está?
— Sígame—ordeno el soldado.
El soldado camino unos metros y nos llevó hasta donde estaba lo que había escrito Ariel, los soldados habían encerrado todo con bolsas para que la brisa no se llevara lo escrito en la arena, Zayn se acercó y tradujo.
— la llevaran a Ad Dilam—hablo finalmente después de unos segundos—y ahí iremos—afirmo.
Sin esperar ni un minutos más nos fuimos directo al aeropuerto, en donde compramos, abordamos el avión en compañía de algunos escoltas, pero yo no me sentía tranquila, tenía el estrés acumulado, creía que mi cabeza iba a estallar.
— Lauren—susurro Zayn.
— ¿Sí?—conteste.
— ¿Cómo te siente?—pregunto el, tenía una mirada dulce, Zayn hacia que me sintiera segura.
— aun esto demasiada angustiada... es solo una niña, es nuestra niña—dije, respire hondo, no quería llorar, tenía que tener fe de que Ariel estaba bien.
— te prometí que la traería de regreso, en menos de lo que esperas estará con nosotros— suspiro y paso una mano por su cabello— puedo ser alguien de temple duro, pero por Ariel haría hasta lo imposible.
— De eso no tengo duda, eres un buen padre—sonreí.
Pasadas dos horas llegamos a la ciudad de Ad Dilam, era linda algo neutro, nada fuera de lo común, del aeropuerto salimos a una hotel, donde pasamos varias horas... bueno en realidad yo pase varias horas acostada en la gran cama doble, preguntándome donde tenían a mi hija, mientras que Zayn estaba en reuniones.
Después el llego y nos sentamos en la pequeña terraza de la habitación, mientras que esperábamos razones de un colega de el que trabajaba en la policía, o algo por el estilo.
Mi teléfono empezó a sonar, un número desconocido, no era ni de Colombia, ni de Miami. Dude unos segundo en contestar hasta que finalmente lo hice y hable con inseguridad:
- ¿Hola?—pregunte con nerviosismo.
- con que tú eres la mujer del príncipe Zayn—burlaron.
-¿tú quién eres?—demande.
- digamos que un amigo, un viejo amigo—tarareo.
-no juegues conmigo—amenace.
- pero será un juego divertido, alguien te quiere saludar—Unos ruidos se escucharon y luego unos gritos.
- ¿mamá?—esa voz, era Ariel mi hija.
- Ariel, hija, ¿dónde estás? ¿Dónde te tienen esos malnacidos?—pregunte tratando de no sonar tan alterada.
- no se mama, solo quiero que vengan por mí—sollozo.
- ¿no te han tocado? ¿Golpeado o algo? Dime –grite.
- no, pero amenazaron—gimoteo y sorbió su nariz.
— Dame el teléfono—se escucho a mis espaldas—era Zayn, le entregue el teléfono y este hablo por unos segundos.
Solo, lo escuche gritar y maldecir una y otra vez, le escuche amenazas de muerte, nunca lo había visto tan enfadado.
— tengo a el maldito que secuestro a Ariel—gruño.
— ¿Quién es?—pregunte
— un viejo amigo, que las pagara muy caro—apretó sus puños y su mandíbula se tensó, tenía miedo de lo que Zayn pudiese hacer.
El hizo un par de llamadas, en donde se comunicó con su amigo, después de una ardua tarea lograron establecer la ubicación de donde provenía la llamada. Salimos del hotel directo a la casa de su amigo el policía, al llegar me sorprendí, que casa tan linda, impecable. Parecía como si todo brillara.
La puerta de la casa se abrió dejando ver a un joven de cabello largo y barba, tenía un aire así como a los actores que interpretan a Jesús. El vestía una camisa negra manga larga y un pantalón clásico.
— Rashid amigo—saludo Zayn, estos se abrazaron y se dieron un apretón de manos.
— tiempo sin verte Zayn, viejo amigo, como has cambiado. Pasa, sabes que esta es como tu casa. —contesto el hombre eufórico.
Pasamos, Rashid nos guio hasta la sala, tomamos asientos y bueno... ellos dos se pusieron a hablar, mientras que yo... bueno yo era yo.
— Zayn, mírate ahora eres todo un hombre, y casado aún recuerdo el día de tu matrimonio, yo no lo podía creer... lamento mucho lo de tu hija, pero ya rastreamos la llamada, y mis mejores hombres están a tu disposición, están bajo tus órdenes.
— gracias Rashid, todo ha pasado tan rápido, aun me acuerdo cuando nuestros padres solían hacer reuniones y todo eso, era buenos tiempos—recordó Zayn—entre otras cosas te presento a mi bella esposa Lauren Malik—dijo este y me miro para luego brindarme una sonrisa.
— un gusto Lauren Malik—dijo el hombre extendiendo su mano. Yo la tome y le di un leve apretón.
— El gusto es mío—respondí.
— Pues yo... me fui por lo tradicional, ahora mismo tengo dos esposas Anna y Arij, ellas ahora vendrán, les conté que estabas casado con una mujer latina, y a ellas les encanta toda esa cultura suramericana, además de que tenemos planeado viajar—añadió el hombre
Dos hermosas mujeres aparecieron, una era castaña de piel blanca, mientras que la otra era morena de cabello negro, ambas se presentaron de manera amable, la castaña era annaE, y la pelinegra era arij. Zayn y Rashid, empezaron a hablar y contar una historia relacionada con un ladrón... y algo que le había hecho Zayn.
¿Acaso había algo que Zayn no me había contado de su vida? ¿O quizás me ocultaba algo como la vez que nos conocimos? el hombre le pidió un momento a solas a Zayn, mientras que yo me quede con sus dos esposas
— tú eres la latina que robo el corazón de Zayn—afirmo la rubia
—Hmmm si—conteste y mis mejillas se pusieron rojas, mi amor hacia Zayn no había cambiado. Aun me sentía como aquella chica latina de veintiún años que se enamora de un joven árabe.
— ¿Cómo te conociste con Zayn?—pregunto la morena.
— Yo llegue a una competencia de baile en Riad y bueno, nos hicimos amigos y con el tiempo empezamos a salir—conté la pequeña historia quitándole los miles de detalles.
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El regreso del Príncipe Árabe [Z.M.]
Fiksi PenggemarEs necesario que leas el príncipe árabe, para poder entender esta novela. Todos los derechos reservados. Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la re...