Capitulo 21

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— Despierta—gritaron, abrí mis ojos y con la vista un poco nublada pude distinguir que era Anwar.

— ¿Qué quieres?—conteste.

— ¿yo? nada, o bueno, si te puedes unir, puedes dejar de gimotear y llorar por Zayn, pero como no quieres, esto es lo que te toca.

— Si vienes humillarme o amenazarme ¡mejor lárgate!

— No vengo a eso, solo tengo lo último de tu querido Zayn—sonrió y en el piso tiro una camisa que era de Zayn toda dañada y llena de sangre.

Sentí un vacío en mi estómago, ganas de vomitar, no lo podía creer, este hombre había matado a mi esposo, a Zayn. Las lágrimas quemaban las comisuras de mis ojos, y parecían hervir, reprimí un sollozo tapando mi boca, pero eran incontrolables, era como si me arrancaran parte de mí, lo que daba la misma sensación de que te pusieran una placa caliente en el pecho. Amaba a Zayn con todo mi ser, se me era difícil asimilar la situación, solo quería gritar, quería desahogarme.

— ¿Qué le hiciste?—cuestione mientras me aferraba a la camisa.

— bueno yo directamente no—hizo un ademan con sus manos, mientras se paseaba de un lado otro.

— Eres un monstro como te atreves—moquee, mi voz se quebró que sonaba ronca.

— ya lo hice, nadie me detuvo, lo hecho; hecho esta

— No tienes corazón, es tu propio sobrino–grite— ¿acaso no amas? ¿Acaso no piensas en el daño que le harás a tu propia familia?

— En este mundo nadie está en el corazón de otro—cito, anqué fuera cruel era totalmente cierto.

— pero es tu familia ¿cómo pudiste? ¿Acaso eres de hielo?

— ya lo hice no hay marcha atrás, ya deja de llorar, no sabes lo ridícula que te vez diciendo ay Zayn ay bla bla, con llorar no lo traerás a la vida—regaño y luego soltó una carcajada.

— ojala te pudras en el infierno, ojala te quemes, ojala te quemaras vivió—le desee con toda la furia que se me fuera posible.

— gracias son halagos para mí.

— Muérete—solloce.

Anwar se fue y yo me quede en tirada en el piso de la celda, era viuda, estaba acusada y tenía tres hijos a los cuales no sabía si volvería a ver, mi vida no podía marchar peor. Las horas pasaron y en todos los pasillo se escuchaba simplemente el eco de mi quejidos, tenía los ojos tan hinchado que se me era difícil abrirlos, ahora mismo preferiría morir que estar pasando por este dolor.

— Levántate—ordenaron.

— No quiero—murmure sin fuerzas.

— Solo hazlo—exigió.

— ¿eche qué? ¿No me escuchaste? ¡No quiero! No se me da la gana—grite.

La puerta de la celda se abrió, un guardia entro y me lanzo un balde de agua helada, me tomo por el brazo y me saco, caminamos por todos lo pasillo hasta llegar a el patio del palacio donde habían varias mujeres.

— Ella ahora es una sirvienta temporal, ustedes se encargaran de darle instrucciones pues será la sirvienta personal de Anwar—ordeno el guardia.

Las mujeres sabían quién era yo, pues con todas ella había tratado. Cuando el guardia se marchó todas se acercaron a mí. Al parecer no les gustaba la idea de estar bajo el mandato de Anwar, ellas me llevaron hasta un baño donde pude desahogarme un poco, pues el agua fría aliviaría la hinchazón de mis ojos, cuando Salí me dieron ropa y me vestí.

— Lauren—dijo una de ellas, era Zoraida la más joven.

— Zoraida—conteste.

— ¿Dónde está el príncipe ?—esa pregunta hizo que todo mi mundo se derrumbara. Esa como si aplicaran sal a una herida abierta.

— él...—hice una pausa, no tenía el coraje para decirlo.

— ¿Qué paso con él?—pregunto angustiada.

— Zayn murió—hasta que lo dije, pero el hipo del llanto se hizo presente.

— ¿qué?

— sí, así como me escuchaste, Anwar lo mato. Y pues como puedes ver, ahora el reino está en sus manos—reí nerviosamente, todo me parecía irreal.

Zoraida pasó unos minutos consolándome y dándome un poco de esperanzas de que quizás solo quizás fuera algún truco de Anwar, pero era poco probable de que fuera eso. Al cabo de un rato llego un soldado, quien me llevo adentro del palacio hasta donde estaba Anwar sentado en el trono, aun no era el Rey pero creía que era así, pues debería pasar una coronación la cual aún no se hacía.

— Te recuerdo que aun tienes opción Lauren, y pienso que esta no es vida—burlo.

— Pues será mejor que estar tu lado.

— Te daré tiempo, míralo de este modo, soy igual que Zayn, pero más inteligente—sonrió malévolamente. Esa comparación era la peor.

— Nunca, nunca en tu vida vuelvas a repetir eso, jamás serás como Zayn—grite.

— Veo que aún lo amas, es bueno que le guardes amor a un muerto.

— Púdrete—reí.

— Eres insolente, pero con el tiempo eso que corregirá—se levanto del trono y se acercó a mí, con su mano derecha tomo mi rostro y apretó mi mandíbula—serás mi sirviente personal así como lo fue Zayn, siendo que puede que no tengas el mismo destino de él, te recomiendo que no te comportes mal conmigo, no te conviene.

— Me da lo mismo, prefiero morir que estar sirviéndote—apreté mis dientes y le sostuve la mirada.

— Sé que te duele servirme por eso es el castigo, ya que si te mato te estaría quitando un peso, y te quiero ver sufrir, quiero que te retuerzas como un gusano bajo el ardiente sol.

— Recuerda Anwar: fácil viene y fácil se va—reí.

— Lo dudo—contesto y me empujo con brusquedad.

— Veremos.

Anwar se fue y a mí me dejaron en medio de la sala pues ese sería mi puesto siempre, donde tenía que correr a cada orden que dijera Anwar o su prometida. Sentí unos pasos a mis espaldas y gire para encontrarme con Dahara, en su cara se notaba el dolor, la pena y angustia, ella también sufría. Ella corrió hacia mí y me abrazo, por unos instantes me sentí en paz

— Lauren—sollozo.

— Dahara—hundí mi cabeza en su cuello-

— Ese hombre es un maldito Lauren Lo odio, lamento lo de Zayn, lo lamento—cepillo mi cabello y apretó su agarre.

— Dahara eres libre, gracias por todo amiga—masculle.

— No Lauren yo no dejare que tú te quedes aquí, no yo no lo hare, prácticamente crecimos juntas, no te abandonare—ahueco mi rostro mientras negada rápidamente.

— Dahara, ya todo se derrumbó, mírame soy la sirvienta personal de Anwar—reí con nerviosismo.

— No por mucho, yo te sacare de aquí, tengo un plan Lauren solo es simular cosas. Lauren saldremos juntas, todo o nada.

— Cada día se pierde más mi esperanza Dahara.

— Zayn no le gustaría que dijeras eso Lauren—regaño.

— ¡Zayn no está Dahara!—solloce.

— Pero Lauren tienes que ser fuerte—insistió.

— Me canse de ser fuerte y de buscar alternativas

El regreso del Príncipe Árabe [Z.M.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora