Spring love (RESUBIENDO)

Capítulo XII

—¡Lo hiciste! —dijo Chelsea luego de que hicieran oficial que yo tendría el proyecto.

—Lo hice—dije, correspondiéndole al abrazo.

Ella rio y me vio con una sonrisa genuina.

—Muchas felicidades, Kate—dijo uno de mis compañeros.

—Gracias.

—¿Lo celebraste? —preguntó una compañera.

—Con mis papás y mis amigos.

—Me alegra tanto que hayas sido tú—dijo Chelsea con dulzura.

—No lo podía creer, aunque se siente mal, ¿sabes?

—¿Por qué? —preguntó con el ceño fruncido.

—Porque soy nueva y hay más de ustedes con experiencia.

—Kate, quítate eso de la cabeza, ¿quieres? —me dijo rápidamente—. Plasmaste mejor que todos la visión de la clienta, le gustó y ahí está. No se trata de experiencia.

—No todos parecían felices.

Había escuchado comentarios negativos. Muchos quejándose y algunos abiertamente en la junta, lo que me había manchado un poco mi momento. Comentarios señalando mi posición social, económica y mi antigüedad en la empresa eran los que más se hacían notar y no me gustaban.

—Si hubiera sido yo, estarían igual de felices, ignóralos. —La mueca que hizo me causó un poco de gracia.

—Querida, disfruta tu momento—dijo Carol, aquella mujer fría que constantemente creía que estaba molesta—. Es precioso el diseño y lo mereces. Ignora las envidias.

—Felicidades, Katherine—dijo Bob con una sonrisa enorme en sus labios.

—Gracias a todos, lamento si no esperaban esto...

—No te disculpes, Kate—me cortó Chelsea—. Disfruta tu momento, chica, lo mereces.

Vi desaparecer a mis compañeros

Me había dormido tarde, por lo que el café sería mi mejor durante la mañana y ahí me encontraba, caminando a la pequeña habitación con comida que se encontraba en nuestra área, pero antes de llegar algunas voces captaron mi atención.

—No entiendo cómo fue que lo consiguió—escuché una voz femenina decir—. Acaba de llegar.

—No habíamos tenido proyectos grandes en meses...

—El de los Himura es grande.

—Pero es un hotel más de una cadena grande. Tienen diseños específicos, nada novedoso y nada nuevo—escuché una voz familiar. Thea, aquella mujer que me vio con desagrado cuando llegué.

—Seguramente esa casa saldrá en alguna revista de diseño.

—Es obvio que lo hará—dijo alguien más.

Eran tres voces diferentes y todas se escuchaban igual de molestas.

—¿Cómo crees que lo consiguió? —preguntó otra.

—La he visto subir con el jefe.

—¿Qué? —Thea preguntó.

—Sí, la he visto subir con él y platicar con él.

—Consiguió el proyecto y a Chris—se burló la tercera y sentí como si me quedara sin sangre.

La sensación de que mi estómago se apretaba se intensificó al oír aquello.

—Él se casará.

—Eso no le impide tener amante y aparentemente será la rubia—murmuró la misma que se había burlado segundos antes—. Debes superarlo, cariño.