Capítulo XX

15.8K 635 37
                                    

Cuando despertaba de una noche difícil solo podía pensar en que no volvería a tomar de esa forma. Lo último que recordaba era mi cuerpo chocando el de Chris, imágenes distorsionadas de él cepillando mi cabello y al final solo recordaba dormir pacíficamente.

La cabeza me iba a estallar, no sentía que había descansado y mi boca se sentía seca. Lo que ahora pasaba por mi mente era mi gato.

Mientras me sentaba y llevaba una mano a mi cabeza, noté que no estaba en mi habitación. Aquellas sabanas suaves de color negro no eran mías, aquella enorme ventaba que me dejaba ver aquellos emblemáticos edificios de Londres tampoco era mía.

Con el corazón latiendo fuerte y mi cabeza punzando me puse de pie y al abrir una de las puertas encontré el baño con algunos productos de los que usaba, un cepillo de dientes negro y la mayoría de la decoración del mismo color.

Había una persona que amaba el negro como yo a mi gato.

Mientras seguía analizando la habitación, encontré una jarra de cristal llena de agua y un vaso a su lado. Sin pensar en los posibles escenarios, bebí tanto como pude y traté de seguir pensando en lo que había pasado ayer.

Enumeré lo que recordaba y solo tenía: uno, choque con Chris, dos, me trajo a su casa y tres, recordaba estar en este lugar mientras me cepillaba el cabello.

Luego de usar el baño y cepillarme los dientes, el terror inundó mi cuerpo. No sabía qué había pasado luego de que Chris me cepillara el cabello y mi mente solo podía crear múltiples escenarios mientras veía mi ropa doblada perfectamente en un sofá. Incluso mi sujetador estaba ahí y aquello solo envió calor a mis mejillas.

Usaba una pijama a cuadros y una playera de algodón color negro. Con movimientos torpes me coloqué el sujetador y dudé si era propio salir con aquel vestido diminuto y mis tacones, los cuales estaban acomodados perfectamente al lado de la ropa.

Usando las enormes pantuflas que estaban ahí al lado del tocador, salí de aquella habitación con las manos temblando y sin saber qué hacer o decir. Caminé hacia donde escuchaba el ruido, con suerte él ya se habría ido a trabajar...

Joder, el maldito trabajo.

Mi estómago dolió y en ese momento recordé mi celular. No lo había visto en la habitación y mis nervios me estaban comiendo viva.

El olor a café me guio a donde escuchaba ruidos también de sartenes moviéndose y cucharas contra el teflón. Al llegar ahí, encontré a un hombre alto y fornido moviéndose frente a la estufa. En el televisor de la cocina se reproducía el noticiero de la compañía de mi familia.

Mis pasos me delataron y él se giró, usando una camisa del mismo color que la de él y un pantalón a cuadros.

—Buenos días, Kate—dijo sonriendo, apagándole a la estufa y ofreciéndome un vaso lleno de jugo—. ¿Agua, jugo o café? ¿O quieres todo?

Examiné su rostro, encontrándome con aquellos hoyuelos que se le formaban cuando sonreía de lado, el cabello ondulado revuelto sobre su frente e incluso sus ojos brillaban más de lo normal.

—A... agua—logré decir.

—¿Dormiste bien?

Él se acercó a mí con un enorme vaso de agua, el cual llevé temblorosa hasta mis labios y bebí el contenido ante su mirada.

—Chris, ¿qué pasó? —pregunté sin verlo.

—Bebiste y te traje hasta aquí porque nos seguían los fotógrafos—respondió con simpleza.

—¿Y qué más pasó al llegar aquí? —pregunté en voz baja.

—¿Qué recuerdas?

—Tú estabas cepillando mi cabello—respondí y lo vi de reojo—. Luego... no sé.

Spring love (RESUBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora