Spring love (RESUBIENDO)

Capítulo XIX

Chris

—¿Eres brujo o algo parecido?

—¿Qué?

—Estaba hablando de ti y ¡boom! Aquí te tengo.

Su risa me pareció adorable, pero el estado en el que la encontré no. Escaneé su cuerpo en busca de algún daño y mis cejas se fruncieron al verle el vestido más elevado de lo normal.

—¿Qué estabas haciendo, Kat?

—Iba al baño, pero se esfumó, ¿lo desapareciste? —respondió torpemente.

—¿Con quién venías, Katy?

Ella rio y señaló el fondo del pasillo.

—No importa.

—Hablo en serio, Kat, ¿con quién vienes?

—Con una vejiga llena y muchas ganas de bailar.

La vi dar algunos pasos con intenciones de bailar, pero eso se pospuso una vez que tropezó y tuve que aferrarla contra mí. Olía muy bien, incluso identifiqué el olor del perfume que a ella más le gustaba y quise reír por unos segundos. La Kate de la que me enamoré hace seis años seguía ahí.

—Vamos, Kate, dime con quién vienes.

Ella negó y cerró los ojos, apoyó sus palmas en mis pectorales e hizo una mueca tierna con sus labios. La escuché gemir mientras sus pequeñas y dulces manos me recorrían el abdomen.

—No... ¡Dios, te pusiste más bueno!

—¿Con quién viniste, Kate? —le repetí frustrado.

La chica rubia rio y se pegó a mi cuerpo. Era un reto no sujetarla como tanto deseaba y enterrar mi nariz en su cuello. Se veía hermosa y verla sonreír de esa manera me hinchaba el corazón. Verla feliz era lo único que quería últimamente, incluso más que mi nombramiento de director.

—Con Coco y Dan—respondió torpemente y rio, tocando mi pecho—. ¿Por qué?

Esos nombres me relajaron, al menos nadie la había traído hasta este punto. La idea de ella pasando algo traumático y enfermizo me causaba una furia desconocida.

—Bebiste de más, Katy—murmuré y ella asintió—. ¿Trajiste a Arata?

Ella se separó de mí, alzó una ceja y resopló.

—¿Para qué y por qué preguntas eso, entrometido?

—Estás saliendo con él y me quiero asegurar de que no te trajo aquí para aprovecharse de ti, Katherine.

Ella rio y sacudió la cabeza.

—Es mi amigo, Chris—respondió como si fuera lo obvio—. Y no, él dijo que solo se acostaría conmigo cuando se lo pida, lo cual es muy arrogante de su parte porque no pienso pedírselo.

—Quiere salir contigo—dije, ignorando lo último, y muy tarde entendí que hablar con ella en este estado no tenía sentido.

Kate reía y de un momento a otro pegó su mejilla en mi pecho. Su cuerpo cálido y más pequeño que el mío encajaba perfectamente. Parecía que estábamos hechos el uno para el otro y eso llenó mi pecho de felicidad. Deseaba que este momento se repitiera con ella sobria, que recordara sus manos en mis hombros y sus labios en mi piel.

—Yo quiero salir con alguien más—susurró y soltó una risita—. Hueles tan bien. Apuesto que es el mismo perfume de hace años.

—¿Salir con alguien más? —pregunté con una ceja alzada, moviéndome con ella en brazos.