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Jueves 23 de agosto 2018

3:45 pm

Jungkook caminaba hacia su casillero para acomodar sus cosas y sacar su cuaderno para la siguiente clase, la cual empezaba en menos de media hora.

Al fondo del pasillo se encontraba un gran ventanal donde a lo lejos se podía ver las canchas. El pelinegro recordó esa vez cuando el rubio llegó tarde a la clase.

"Perdón por la tardanza... tuve entrenamiento..."

Fue las únicas palabras que pudo recordar el joven pelinegro. No estaba seguro a cuál de los equipos de la universidad pertenecía Park, pero le daba lo mismo, podía averiguarlo después. Termino de acomodar sus cosas, cerró su casillero y fue camino a su clase.

Cuando Jungkook entró al salón, su mirada cayó en el rubio, quien estaba entretenido con su celular. Fue a sentarse detrás de él. Tal vez podría jugar con él como la última vez.

La clase empezó y la maestra no tardo en dejar unos ejercicios para completar el tema. El pelinegro observó como sus compañeros empezaban a resolverlo, sin embargo, él no lograba entender del todo, así que no estaba haciendo nada. En cambio, vio como una chica con pelo corto se acercaba a Park preguntándole si podía ayudarle y el rubio aceptó. El pelinegro observó como Park le explicaba uno de los ejercicios a la chica pero ella solo asentía mientras se perdía en el rostro del rubio. Jungkook soltó una pequeña risa que no paso desapercibida.

—Pareces muy entretenido Jungkook—habló la profesora.

—Sólo disfruto su buena clase— contestó el pelinegro mientras sonreía con sarcasmo.

—Si tan buena clase, seguro ya terminó los ejercicios. ¿Cuál es la respuesta del primer ejercicio?— dijo la profesora mientras caminaba hacia su escritorio.

Jungkook se encontraba en apuros pero planeaba decir un número random, hasta que se percató de que Park le hacía señas. Intentaba soplarle la respuesta articulando el número con sus labios.

—Ciento...veinticinco— respondió el pelinegro.

La profesora lo observó entrecerrando sus ojos pero finalmente asintió.

Es correcto. No parece ser un caso perdido como pensaba.

Antes de que Jungkook  pudiera agradecerle al rubio, este ya se encontraba volteado ayudándole supuestamente a la chica de pelo negro.

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5:30 pm

La clase llego a su fin y todos estaban tomando sus cosas para irse. El pelinegro observó como Park se levantaba con sus cosas y se dirigía a la salida, pero Jungkook no dejo que se fuera esta vez.

—¡Park!

El rubio se paro secamente a unos cuantos centímetros afuera del salón. El pelinegro llego a lado suyo.

—No quería que te fueras sin antes agradecerte por haberme ayudado— habló el chico alto mientras pasaba su mano por su cabello negro.

Jimin lo vio y sintió sus mejillas arder —No hay problema— tosió nerviosamente.

Jungkook enseñó una pequeña sonrisa.

Como agradecimiento, estaba pensando en que podrías venir a verme tocar mañana en la noche. En un buen lugar, cerca del escenario.

Jimin se sorprendió —¿Mañana en la noche?

—Sí, a las 8:00 pm en Red Moon— contestó el pelinegro y colocó su mano en el hombro del rubio mientras sonreía —Sería agradable que vinieras.

HYSTERIA  » kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora