Un gran poder....

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Un nuevo día, una nueva aventura. Era la frase de Midoriya, aunque él sabía que sería la misma rutina de siempre: levantarse, desayunar, casi no hablar con su madre, ir a la escuela, ser humillado y golpeado, volver a casa, hacer tarea y confirmar por su cuenta si su madre se hallaba o no, comer, entrenar en la playa, darse un baño y dormir.

Ya llevaba una mes entrenando con Kuro, y aunque sus músculos se iban apenas delineando, sus técnicas de combate no eran las más buenas. Un día intentó devolver el golpe, y terminó golpeando la pared para después se golpeado nuevamente por sus agresores. Durante ése tiempo, Midoriya y Kuro intentaron mantenerse en contacto para ver quiénes eran los que agredían al peliverde y, entre ambos, analizar sus estilos de pelea para poder crear una contra estrategia. Lo positivo es que su actitud tímida poco a poco iba disminuyendo, su miedo no era tan excesivo y su tristeza por sentirse impotente ya casi se había desvanecido.

Aunque éste día era especial, era sábado y hoy habían acordado el ir a un centro comercial a visitar al padre del pelinegro. Cuando ambos iban encaminándose al local, vieron cómo unos chicos armados amenazaban a una mujer algo mayor y a una joven rubia de tez blanca. Sin dudarlo, ambos se acercaron lentamente a dónde se hallaban los criminales y escucharon....

-Solo denos a la chica....y no le haremos daño, señora.- dijo un agresor.

-Prometemos el darle....un "trato especial".- dijo otro.

-¡Nunca! ¡No pondrán un dedo sobre mi hija!- dijo la señora poniéndose en frente de la joven.

-¡De todas formas la tendremos!- dijo un tercero tirando a la señora al suelo.

-¡Mamá!- gritó la chica e intentó socorrer a la mayor pero fue detenida.

-¡Ahora...vendrás con nosotros...lo quieras o no!-

-¡Alto!- dijo una voz algo aguda pero firme.

-¿Eh? ¿Un chico intentando ser un héroe?-

-¡Déjenla ir!-

-¿O qué?-

-O los dos los derrotaremos a los tres...-intervino Kuro.

Los tres criminales no tardaron en reírse a más no poder, pero cuando se calmaron, dos se lanzaron a enfrentar a los chicos, mientras el tercero empezaba a...."analizar" a la chica.

-¡Kuro!- dijo Izuku.- ¡Te dejo al tuyo, voy con el tercero!-

-¡Entendido!..¡Ahora si, imbécil....VEN AQUÍ!-

Izuku no tardó mucho en llegar a donde el tercer criminal se hallaba, y en vez de lanzar un golpe a su cara, se deslizo y pateó sus piernas para tirarlo al suelo. Rápidamente, Izuku se levantó y se puso en frente de la chica para protegerla...

-¡No te preocupes! ¡Yo estoy aquí para salvarte!-

-¡Maldito mocoso! ¡Toma esto!- Izuku por su parte no pudo el evitar las dos espinas metálicas que se encajaron en su vientre, haciéndolo debilitar por un momento. El criminal no desaprovechó la oportunidad y empezó a golpear al peliverde; Izuku, no estaba del todo bien pero el haberse ido acostumbrando al dolor por las golpizas que recibía, lo ayudaba.

-¡Necesitas más que eso para derrotarme!- exclamó el chico

Tras unos minutos de pelear, Izuku por fin logró vencer al villano, pero sus sangre brotaba no solo de su nariz y labios, sino también de su vientre, manchando su camisa verde claro y pantalón de mezclilla. Al voltear a ver a la chica, se sonrojó de inmediato y le aventó su chaqueta; esto desconcertó a la chica, pero cuando vio su vestir, inmediatamente se puso la chaqueta y bajo la mirada algo sonrojada.

Izuku: El Héroe sin Don [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora