Broken Hearts |HS|

Arreglo

Cuando le dije a mi mamá que me habían dado el trabajo, una enorme sonrisa se formó en su rostro y sus ojos se iluminaron. Me abrazó y felicitó. Después, cenamos unas deliciosas hamburguesas.

Mil veces consideré decirle la verdad y cómo obtuve ese trabajo y por supuesto, que mil veces más callé. Prefería mantener la mentira de que me contrataron por mis propios méritos. Esa noche, parecía que todo iba a estar bien, así que no quise arruinarla.

Sin embargo, sabía que no podría mantener la mentira sola, por lo que decidí que Tom sabría toda la verdad. Y aquí estoy, en su departamento, mientras él camina de un lado a otro como si de un león enjaulado se tratase.

—¿En qué estabas pensando, Grace?

—En salir adelante con mi mamá, ¿o crees que iría a casarme con Harry por gusto?

—Oh, no lo sé, es tu exnovio y no puedes superarlo, a estas alturas no me sorprendería que si él abre sus brazos tu corras hacía ellos -espeta y el silencio se instala entre nosotros.

—Cállate, Tom —digo luego de un rato esperando que el chico se tranquiliza, usando mi mejor tono de voz sereno. No quiero tomar la misma actitud que él.

—Sabes que es cierto. Sabes que aún después de todo este tiempo, sigues sintiendo algo por él.

Guardo silencio. Si me atrevo a pronunciar algo, sé que una discusión se desatará. La situación se siente como un volcán a punto de hacer erupción. Él y yo discutimos muy poco, pero cuando lo hacemos, las cosas se ponen malas.

Miro la hora en mi celular y un hoyo se forma en mi estómago. Harry ya casi viene por mí y no puedo evitar estar más que nerviosa, porque sé que, a partir de esta noche, aunque sea por mera apariencia, voy a ser la prometida de Harry y tendré que comportarme como tal.

—¿Qué puedo hacer para que estés seguro de lo nuestro?

—Sé mi novia.

En cuanto escucho aquello, todo mi cuerpo se tensa y mi respiración se ha atascado en mi garganta. Sé que quiero a Tom, sé que quiero que seamos algo, pero quizá no ahora. No cuando Harry estará rondando por mi vida por un tiempo.

—Tom... yo... —balbuceo, intentando encontrar las palabras adecuadas.

—¿Lo ves? ¡Ni siquiera estás segura, Grace!

Doy un pequeño salto en mi lugar cuando Tom grita. Es la primera vez que lo hace y eso me desconcierta mucho, pero no me permito mostrarme asustada. Mi celular comienza a vibrar en el bolsillo de mi pantalón, así que me apresuro a tomarlo. Cuando estoy por contestar, la llamada va al buzón. Era Harry.

—Tengo que irme, recuerda que, si mi mamá pregunta, le dirás que he quedado hasta tarde en el trabajo.

Me acerco a Tom y con todo mi peso apoyado sobre las puntas de los pies, le doy un beso en la mejilla. El chico ni siquiera se inmuta, tampoco me regala una sonrisa y mucho menos me regresa el gesto de cariño. Se limita a tener la mirada baja y los puños apretados.

—Adiós. Te quiero -le digo, aunque finja no escucharme.

Salgo de su departamento a paso apresurado. Mi celular vibra de nuevo y esta vez, logro responder—: ¿Hola?

—¿Dónde estás? —escucho la voz ronca de Harry del otro lado de la línea.

—Voy bajando.

—Bien.

Harry termina la llamada y yo bajo las escaleras, cuidando no caer. Al salir del edificio, busco con la mirada el auto de Harry. Estoy por llamarlo, cuando aparece detrás de mí—: Boo —el chico se encuentra muy cerca de mi oído y un escalofrío recorre todo mi cuerpo.