Capítulo 01 [Actualizado]

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Liam

Estaba desayunando distraído. Aquel día una sensación extraña me molestaba, haciendo que mi buen humor habitual fuera nublado por completo. La incomodidad que sentía hacia que quisiera gruñir y empujar hacia abajo a cualquier lobo que me reclamara cualquier cosa, demostrando quién era el Alfa aquí.

Soy el Alfa de la manada "Ojo lunar" y todavía no encontraba a mi pareja eterna. A pesar de ser el Alfa de una increíble manada, con cierta reputación por mi generosidad y por mi pronta edad-con casi 20 años- para el liderazgo, permanecía en el territorio de mi padre, compartiendo las tierras en armonía, haciendo qué ambas manadas fueran más fuertes.

Me levanté de la mesa, dejando atrás mi desayuno ya que no tenía el suficiente apetito como para comer más de dos o tres bocados. Salí de la casa donde vivía con mi beta, mi segundo al mando, el cual me protegía y gobernaba junto a mi, evitando que los demás miembros de mi manada se desviarán del camino y crearán situaciones peligrosas para nosotros o terceros.

Subí al todoterreno, regalo dado por mis padres al cumplir los 18 años, encendí el motor, conduciendo hasta mi facultad.

La preparatoria era enorme-más o menos como cuatro campos de fútbol-, con tres pisos y dos campus de deportes en las que se situaba el baloncesto y el fútbol.

Bajé del coche, cerrándolo para asegurar que seguiría ahí cuando volviera. Caminé con paso decidido y elegante hacia el campus de la preparatoria. En este lugar habitabamos con los humanos, lobos y humanos en completa armonía -ya que no podíamos abusar de ellos al ser de fuerza y rapidez superiores-.

Dos chicas rubias oxígenadas se acercaron, y pusieron sus "pechugas" en mis brazos, frotándose en ellos como si estuvieran en celo. Hice una mueca de asco, eran realmente unas putas y en mayúsculas. ¿Que necesidad tenían de ello? A mí me gustaban las chicas con dos dedos de frente, con carácter fuerte y luchador.

Suspiré, dispuesto a deshacerme de ellas como siempre hacia, sin embargo me paralice al sentir un delicioso aroma. El olor de frutas silvestres y tierra recién mojada por la lluvia.

Mis ojos conectaron con unos profundos orbes negros cuando movía mi cabeza de un lado a otro, buscando a la persona de aquel maravilloso aroma. Me deshice del agarre de esas estúpidas sin cerebro y me fui acercando a la dueña de ese delicioso aroma.

« Es ella. La encontramos. »

Estaba en una especie de trance. Por fin la había encontrado. A mí mate. Mi pareja destinada.

Ella era preciosa, de cabello largo negro, piel blanquecina, de labios rosados. Sus largas pestañas envolvían aquellos hermosos ojos color azabache.

De pronto, estaba corriendo detrás de ella, quién se había esfumado, escapando de mi. Corriendo hacia el interior de la facultad. Cuando giré por una esquina, de uno de los muchos pasillos me dí cuenta que la había perdido.

Frustrado dirigí un puñetazo a la pared. Todos los que estaban a mi alrededor se alejaron asustados y temerosos por ser los próximos en acabar dañados.

Mi beta se acercó a mí, mirándome preocupada y curiosa. Le gruñí amenazante, lo que hizo que bajara la mirada en señal de sumisión, aunque luego de ello me llevé un golpe en el brazo. Respire hondo para relajarme y porque dicho golpe me había dolido. Mi beta podía ser una mujer, pero pegaba endemoniadamente fuerte cuando quería. Aparte de eso, era la única que podía golpearme así luego de mostrarme sus respetos.

—Ni se te ocurra gruñirme de nuevo, Liam.

—Anna, encontré a mi Mate.—Hablé para cambiar de tema y de ese tono molesto que utilizaba para reprenderme. Cuándo escuchó mis palabras la mirada amenazadora de Anna cambió enseguida, una sonrisa dulce en sus labios.—

Alfa Roger - ActualizandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora