No saben lo feliz que me hizo saber que querían tanto una tercera parte💜💙
Debo admitirlo, lo empecé a considerar desde que comencé el segundo libro.
Tenía planeada gran parte del Epílogo de ese libro desde varios días después del estreno de Descendientes 3. Y vi que habían posibilidades de hacer lo que van a leer de ahora en adelante.
No quiero extenderme mucho por aquí, hablaré un poco más en la nota final.
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Narrador Omnisciente: Auradon, el reino de los cuentos de hadas y los finales felices.
Gobernado de manera justa y valiente por Ben- hijo de Bella y Bestia- y Mal, descendiente de Hades y Maléfica.
La barrera mágica entre la Isla de los Perdidos y el reino fue derribada hace ya dos meses y medio.
Han habido grandes cambios, algo que los reyes habían previsto desde que preparaban todo para cuando llegara el momento de que todo eso sucediera.
Ese era uno de sus más grandes sueños, y se sentían realmente felices de estar logrando todo lo que han hecho en lo que va de su reinado.
Sí, fue difícil lograr adaptar a los antiguos habitantes de la Isla, pero lo han logrado. No se han rendido a pesar de todo lo malo que pudiera pasar.
Cada década, integrantes de diversas familias reales de otras partes del mundo se reunían en algún reino. Ese año fue el turno de los Estados Unidos de Auradon.
Gran parte de la última semana había sido un sin fin de reuniones, fiestas y eventos a los que acudir. Todos con el propósito de mejor las relaciones con otros reinos, demostrar su cultura y ayudar a los que más lo necesitan.
Justo en ese preciso momento, se estaba llevando a cabo una reunión en el castillo de los reyes.
Pocos minutos antes se celebraba una fiesta en el mismo lugar. Ya que por coincidencia, la reunión de ese año había caído justo en la semana del vigésimo séptimo aniversario de Auradon.
Ben se encontraba sentado en su trono, esperando a su reina.
Era la hora de la siesta de la princesa y el príncipe. Y aunque les hubiera encantado atenderlos los dos, alguno se tenía que quedar encargado de los invitados.
