XIV

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Ya había tomado una decisión, estaba lista para comenzar con mi nuevo destino, pero una llamada inesperada ante el gran consejo me hizo poner en pausa a mi objetivo.

Un malentendido surgido en un planeta vecino, ellos no acataron las órdenes al pie de la letra y era nuestro deber "corregirlos"

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Lo que vi e hice en nombre del consejo y la corona, me hizo tomar una nueva decisión.

Estuve lejos de casa un par de días y al regresar, fui directo a la biblioteca para ponerme al día con la vida de Bucky.

Había pasado el tiempo de actuar, pero que importaba ya, lo que hicimos en aquel pueblo, no es diferente de lo que podría pasar si muevo un poco el destino, que importancia tenía el actuar de buena manera, si no éramos seres buenos.

Quería estar con él y decidí que así seria, que el destino se acomode como quiera, yo solo deseaba ayudarlo.

En cuestión de segundos aparecí dentro de la celda junto a él y los primero que hice fue noquear a un hombre que estaba a punto de lastimarlo

Sentía el corazón en la garganta, mi estómago se revolvió y mis manos comenzaron a temblar...

Tirado en el suelo y cubriendo su rostro con ambas manos, me acerque a él y trate de tomar una de sus manos, me permitió hacerlo, pero grito su rostro para evitar que lo viera.

Hola-

Perdón-

Tome su rostro entre mis manos y me acerque a él -¿Por qué me pides perdón?-

Por lo que dije la última vez, estaba enojado y no sabía lo que decía-

No digas eso, tú realmente tenías razón, todo es una estupidez, pero aun así tengo que cumplirla- Me senté a su lado y entrelacé nuestras manos.

Creí que no vendrías- Comenzó a acariciar el dorso de mi mano, yo trataba de mirar su rostro, pero me lo impedía.

Estuve ocupada descubriendo que mi trabajo no es tan diferente al tuyo-

¿De qué hablas?-

Realmente no quería contarle sobre el genocidio en el que me vi involucrada.

Había girado su rostro para mirarme, así que aproveche y lo tome entre mis manos.

Tu rostro está lleno de marcas- Trato de girarse, pero no se lo permití.

El hombre al que había noqueado, se estaba poniendo de pie y al verme se sorprendió, estaba a punto de gritar, pero fui más rápida y corte su garganta con mis garras.

Te lo dije, la vida de una guerrera no es como creía- Las garras estaban llenas de sangre y Bucky no dejaba de mirarlas.

Limpie mis garras en mi camisa y me acerque a él.

Vendrán pronto, tenemos que irnos-

No, aun no, tenemos tiempo, ahora déjame curarte- Me arrodille ante él y al ver mejor sus heridas, me di cuenta que necesitaba más tiempo de lo que creía–Necesito agua-

Vamos a las regaderas -Trato de levantarse pero le era difícil.

Ven aquí- Lo ayude a levantarse y pase su brazo por mis hombros.

Caminamos lento hasta las regaderas, él me guiaba por los largos pasillos grises. Antes de llegar a nuestro destino, nos encontramos con dos hombres, ambos se alertaron al vernos y sacaron sus armas.

Me cubrió con su cuerpo y las balas impactaron contra ella, los hombres se asustaron al ver que las balas no hacían nada contra su cuerpo, ella no trato de huir, solo camino directo a ellos.

Golpeo a uno en el rostro y tomo su arma, disparo al otro sujeto, el hombre en el suelo comenzó a suplicar y a gritar por ayuda. Ella se arrodillo y coloco su mano en el rostro causándole graves heridas con sus garras, comenzó a sangrar y gritaba de dolor. Jamás la había visto así.

¡Tracy, basta!-

Dejo su rostro, pero tomo de nuevo el arma y la vacío en aquel hombre tirado en el suelo.

La ayuda había llegado, todos se sorprendieron al ver los cuerpos sin vida de sus compañeros y a una hibrido con un arma parada frente a ellos.

Trate de incorporarme, pero no podía, aún estaba débil.

Los apunto con el arma, pero ellos superándola en número y con armas más grandes, comenzaron a dispararle, retrocedió un par de pasos ante el impacto de cientos de balas, pero jamás se doblego.

Uno de los hombres apunto su arma hacia mí, preguntándome que sucedía.

Déjalo, el problema soy yo-

Ella movió las manos de una manera extraña y al terminar los señalo y de pronto quedaron completamente inmóvil.

¿Qué hiciste?-

Los congele-

Sí, eso lo vi, ¿Por qué lo hiciste?-

Porque no quería que nos molestaran, ahora, vámonos- Nunca la había visto tan enojada, parecía ya no importarle nada.

Llegamos a las regaderas y lo ayude a quitarse el uniforme, pude ver su cuerpo, se encontraba peor de lo que creía.

¿Cuánto tiempo llevas así?-

No lo sé, creo que una semana-

Lo ayude a colocarse debajo de una regadera, se sentó en el piso y deje que el agua corriera por su cuerpo.

¿El agua, está bien?-

Si-

Atrajo sus piernas a su cuerpo, comenzó a frotar sus hombros y pasaba las manos por su rostro... Parecía disfrutar el agua.

Me arrodille frente a él y comencé a pasar las manos por sus heridas.

¿Duele?-

No-

Estaba a punto de tocar una herida en su abdomen, pero tomo mi mano antes de hacerlo.

¿Qué sucede?-

Cuidado con esa-

Tranquilo, lo tendré- Trague saliva, tenía miedo de lastimarlo más.

Pase mi mano por la herida, era la más profunda.

Esto será más difícil-

En verdad me dolía, no era una herida reciente, fue hecha por un puñal el día anterior, me dolía, pero no quería que ellos me tocaran para curarme.

Le era difícil a Tracy poder cerrarla, se veía preocupada, así que prefirió no proseguir.

Se levantó y me tomo de la mano para ponerme de pie, me sostuvo para no caer y de pronto, todo se volvió blanco.

No supe cuánto tiempo estuve inconsciente, pero al abrir los ojos, lo único que vi fue a dos híbridos de mujer y gato como Tracy, pero mucho más altas que ella y tan blancas que parecían emanar luz, ambas hablaban con Tracy.

Intente levantarme, pero fue en vano y al verme, Tracy se me acerco, paso su mano por mi rostro y me beso.

Es hora de despedirte querida- Un hombre hibrido con gato, vestido con ropas extrañas, se acercó a ella.

Tracy solo asintió, se acercó a mí, me recostó de nuevo y coloco su mano en mi rostro.

Dulces sueños cariño, nos veremos pronto-

Abrí los ojos y note que estaba recostado en mi celda, pero, ya no tenía rastros de ninguna herida, los científicos, guardias y soldados seguían su camino, pasaban de aquí para allá frente a mi celda, como cualquier otro día, nada me prestaba atención.

Parecía como si nada hubiese sucedido.

SIEMPRE EN TU MENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora