notes 紅葉 satzu

So It's you.

Mina y Sana entraban nuevamente a aquel instituto, ya algo aburrido para ambas.

—Estoy a un paso de quemar este lugar. —Dijo Mina, soltando un suspiro. Sana solo rió ante las ocurrencias de la japonesa menor.

—Yo creo que todos queremos hacer eso, Mitang.

—Me incluyo. —Una voz sonó detrás de ellas. Era nada más ni nada menos que Tzuyu. Quién venía con una leve sonrisa.

—Tzuyu.

— Hola, solo quería hablar contigo, Sana. —La taiwanesa puso toda au atención en Sana. La nombrada estaba totalmente parapléjica. Mina al notarlo, le da un pequeño codazo en su estómago, mientras sonreía intentando fingir que todo estaba en au lugar.

—¿Eh? ¿Eh? ¿Conmigo? —Puso una de sus manos en su pecho y miró a la más alta algo confundida, mientras un pequeño color rojizo aparecía en sus mejillas.

— Claro, hasta el momento eres la única Sana que conozco. —Rió la taiwanesa.

—Las dejo solas, debo ir a por Nayeon. —Mina salió corriendo de ahí, intentando darle espacio a ambas chicas. La japonesa de grandes mejillas, al notar que estaba nuevamente SOLA con Tzuyu, maldijo la la otra nipona en su cabeza.

—Bueno, ¿de qué me quieres hablar? —Fue directa y precisa.

—Bien, es que, ¿te gustaría sentarte nuevamente conmigo en el almuerzo? Últimamente Jihyo y Jeongyeon pasan mucho tiempo solas, y me siento mal tercio, aparte, me has caído realmente bien, Shiba.

—¿Q-qué haz dicho?

— ¿Qué si te gustaría comer conmigo? —Preguntó la taiwanesa confundida.

— No eso no, lo último...me dijiste Shiba. —Su sonrisa no dudo en salir, y el palpitar de su corazón iba muy rápido, más rápido que el mismísimo Correcaminos.

—¿No te gusta? Perdón yo solo-

—Me gusta, tranquila.

—Bien, entonces...¿aceptas? —Preguntó nuevamente la morena. Sana se sentía como en un sueño. Ósea, tener a Tzuyu preguntándole si quiere comer con ella en el almuerzo (aunque sea porque sus amigas ya no la toman mucho en cuenta) la hacía muy feliz, eso podría ser un "plus" para ella.

—Claro.
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—¡DIOS! Amo siempre que hacen comida japonesa, en especial Taiyaki, su forma es realmente tierna, me recuerda a Osaka. —Dijo Sana emocionada, comiendo aquel postre.

Tzuyu solo rió al verla comer con tanta emoción. Ambas comían lo mismo, el rico postre japonés, Taiyaki. Sana había elegido el menú completo, ya que en aquel instituto habían días donde se hacía comida extranjera, ese día era comida japonesa.
Tzuyu solo seguía las instrucciones de Sana, eligiendo Okonomiyaki, Sushi y Taiyaki.

—La comida japonesa en sí, es muy deliciosa, pero aún falta que pruebes la comida taiwanesa.

—Debe ser muy deliciosa. —La linda japonesa la miró atentamente, esperando escuchar algo más por parte de la morena.

—La verdad que sí, extraño Taiwan.
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—Bien, espero que nos volvamos a encontrar, Sana, me alegra pasar tiempo contigo. —Tzuyu soltó un suspiro mientras una sonrisa se asomaba por su rostro. La nipona asentía y cruzó sus manos detrás de su espalda.

—Me alegra mucho también.

—Pues, nos vemos. —Antes de salir de aquella conversación, Sana tomó el pequeño atrevimiento de besar su mejilla. Un sonrojo se escapó sobre sus mejillas y una pequeña risa nerviosa salió de sus labios.